Una farmacéutica explica por qué no debes tomar la pastilla anticonceptiva con chía: “Te puedes quedar embarazada”

Las interacciones entre medicamentos y alimentos pueden modificar la acción terapéutica de los fármacos, así como el estado nutricional de quien los toma

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Entre medicamentos y dieta existe una interrelación física, química y biológica, que puede llevar a que se generen interacciones entre ellos. Se manifiestan como efectos farmacológicos o nutricionales no esperados debidos a la administración conjunta de fármacos y alimentos, y aunque la mezcla no siempre tiene resultados “clínicamente relevantes”, en ocasiones, puede resultar peligrosa.

El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (COFC) detalla en un artículo, publicado en su página web, que estas interacciones pueden modificar la acción terapéutica de un medicamento, afectando no solo su efectividad sino también el estado nutricional del paciente. En este sentido, los expertos diferencian entre dos tipos de afectaciones: la interacción del alimento sobre el medicamento, donde el alimento altera el efecto del fármaco, y la interacción del medicamento sobre el alimento, en la cual es el medicamento el que impacta en la asimilación de nutrientes del organismo.

Cuáles son las mezclas contraindicadas

El COFC detalla cuáles son de las interacciones más dañinas en el libro Interacciones entre alimentos y medicamentos, publicado en 2023. Uno de los ejemplos más llamativos es el del consumo de alimentos ricos en tiramina, como los quesos curados, bebidas fermentadas y tofu, porque pueden provocar crisis hipertensivas conocidas como “reacción al queso” en los pacientes tratados con inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO). También es el caso del zumo de pomelo, el regaliz y otros alimentos ricos en potasio, que deben consumirse de forma separada siempre de los antihipertensivos como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA).

Uno de los casos frecuentes de interacción del alimento sobre el medicamento es el uso de metformina, recetado con frecuencia para los pacientes con diabetes mellitus tipo 2. En estos pacientes debe cuidarse el uso de una dieta poco grasa y calórica, puesto que lo contrario reduce la tasa de absorción e incrementa los efectos adversos gastrointestinales. Otro ejemplo es el de la levotiroxina sódica, para el tratamiento del hipotiroidismo, que siempre es recomendable administrar en ayunas y evitando alimentos ricos en fibra, soja y sus derivados, café y zumos de frutas, entre otros.

La chía y los anticonceptivos

Carlota Serra, una farmacéutica que comparte consejos relacionados con los medicamentos y la nutrición a través de su cuenta de TikTok (@conoceteysana_), ha publicado un video en el que advierte de otra interacción peligrosa: la chía y los fármacos anticonceptivos.

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“Si tomas anticonceptivas y te haces un pudding de chía para desayunar, no los tomes nunca juntos, ya sea pudding de chía, semillas de lino, semillas de chía molidas o enteras”, dice Serra, que explica que cualquiera de estos alimentos en su composición tiene fibra soluble que “hace como una especie de moco”, llamado de forma técnica “mucílago”. Esta masa “va atrapando todo aquello que se encuentra por el camino”, de modo que, aconseja no mezclarlos porque, “su absorción disminuirá y así, el efecto puede ser que sea menor y cabe la posibilidad de quedarse embarazada”. “Ten mucho cuidado porque este efecto es más frecuente de lo que crees”, añade para terminar.

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