Un hombre se corta dos dedos, corre el riesgo de amputación y le dicen que no hay ambulancias: “¿Y si se hubiera desmayado en el camino?”

Después de que los bomberos lo llevaran a un hospital, los médicos concluyeron que necesitaba una intervención quirúrgica en un centro especializado al que, sin embargo, no tenían cómo llevarle

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Una ambulancia llega al Hospital
Una ambulancia llega al Hospital Bichat en París, Francia. (REUTERS/Charles Platiau)

Las urgencias médicas pueden propiciar situaciones contrarreloj en las que, si no se actúa con rapidez y sin cometer ningún error, la salud de una determinada persona puede verse gravemente perjudicada a corto y largo plazo.

Las ambulancias, en este sentido, son uno de los recursos más importantes en este tipo de emergencias, no solo por tratarse del primer contacto de un profesional sanitario con el enfermo o herido en cuestión, sino por su labor de transportar al mismo a un centro donde pueda recibir cuanto antes la atención que necesita.

Sin embargo, en países como Reino Unido o Francia se lleva años protestando por la falta de ambulancias que provocan retrasos de incluso varias horas en las que los pacientes se ven desamparados. Especialmente sonado fue el caso de Charles Devos, por ejemplo, ciudadano británico que estuvo 18 horas esperando al equipo paramédico y acabó falleciendo.

Casi pierde una mano

Una situación similar pudo vivir Christophe Martin, un hombre francés que podría haber perdido su mano a causa de la falta de ambulancias disponibles. Su caso, con todo, presenta algunas particularidades. Tal y como cuenta el periódico L’Est Républicain, todo comenzó cuando, trabajando en una obra de mantenimiento, se hizo un profundo corte en la mano con la sierra circular con la que estaba trabajando.

Tras examinar la herida, sus compañeros llamaron a los bomberos que lo llevaron con presteza a un hospital de Belfort, ciudad del noreste francés, lugar en el que se le realizaron distintas radiografías y, al cabo de varias horas, le informaron de que su mano debía ser sometida a una cirugía de urgencia. Solo había un problema: una operación así no se podía realizar allí, y el lugar más cercano al que podían enviarle era el centro especializado SOS Main, a casi 50 kilómetros desde donde se encontraba.

Los médicos habían concluido, tras analizar lo mostrado en las pruebas, que se trataba de una operación que tenía que realizarse cuando antes si no querían que se le tuviera que amputar dos dedos. No obstante, otro obstáculo estaba impidiendo poder salvarle la mano a ese hombre: no había ambulancias disponibles para trasladarlo, y tampoco las habría en las horas siguientes.

“¿Y si se hubiera desmayado en el camino?”

Afortunadamente, Christophe pudo contar con otro ángel de la guarda. Contctó con una de sus hijas, que tuvo que abandonar su puesto de trabajo para poder ayudar a su padre y llevarle urgentemente a SOS Maine. “Se quedaron en shock al ver que mi hija me había llevado porque no había ambulancia”, cuenta el propio Christophe al citado media.

Por su parte, la hija ha lamentado que se tuviera que dar esa situación, si bien la llegada al centro especializado fue un éxito y sus dedos pudieron salvarse. “¿Qué habría pasado si se hubiera desmayado en el camino?”, pregunta indignada, “¿y si hubiera habido grandes atascos de tráfico?”. La situación de su padre podría haber empeorado en esas horas que la ambulancia hubiera tardado en llegar.

Y es que, a pesar de la buena reputación del sistema de atención sanitaria francés, en los últimos años este ámbito ha experimentado serias dificultades para ofrecer sus servicios de la mejor manera debido a la falta de recursos y personal.

La Comunidad de Madrid lleva un año con el contrato caducado de las ambulancias que transportan a los pacientes a diálisis, quimioterapia o rehabilitación.
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