No es oro todo lo que reluce, asegura el refranero español. Pero, en este caso, puede ser que el brillo que nos acompaña cada día en el bolsillo, en la mochila o guardado en un viejo cajón esconda mucho más de lo que creíamos. Lo importante está en el interior, o al menos eso ha descubierto un grupo de investigadores de Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH Zúrich) y Empa-Swiss Federal Laboratories. Los científicos Mohammad Peydanesh, Enrico Boschi, Feliz Donat y Raffaele Mezzenga han dado con un método para extraer oro de residuos electrónicos.
Los ordenadores viejos, móviles que quedaron desactualizados, tablets olvidadas o incluso reproductores MP3 podrían esconder dentro hasta 22 quilates de oro, según el estudio publicado en la revista Advanced Materials. Para conseguirlo, se necesita rebuscar en la basura y encontrar residuos lácteos.
Convertir ordenadores viejos en oro
Los investigadores proponen el uso de estructuras denominadas aerogeles de nanofibras amiloides (AF, por sus siglas en inglés). “La espectacular capacidad de las fibrillas amiloides como absorbente para eliminar metales pesados del agua se ha revelado recientemente, pero desde entonces, ha sido documentada e investigada extensamente", argumentan los autores.
Peydanesh y sus compañeros afirman ser capaces de reconvertir el suero de leche en aerosoles de AF para recuperar oro de residuos electrónicos. Este metal preciado es esencial en el funcionamiento de la electrónica, por su alta conductividad y resistencia a la corrosión, por lo que se encuentra presente en algunas de sus piezas.
El primer paso para conseguirlo es procesar el suero de leche para obtener las fibrillas amiloides. Bajo condiciones controladas de calor y acidez, estas proteínas se reorganizan en estructuras alargadas y flexibles, conocidas como nanofibrilas. Posteriormente, dichas nanofibrilas se combinan con agentes de entrecruzamiento, lo que permite fabricar aerogeles porosos, altamente ligeros y resistentes al agua.
Una vez alcanzado este paso, los investigadores sumergieron los aerogeles en un frasco con metales disueltos químicamente, provenientes de placas de circuito de computadoras. Las pruebas demostraron que los aerogeles podían capturar selectivamente el oro, sin interferir prácticamente con otros metales presentes en los aparatos electrónicos viejos, como el cobre o el hierro. En sus pruebas, el grupo de investigadores llegó a extraer una pepita de 450 miligramos de oro de 22 quilates a partir de 20 placas base de ordenadores antiguos.
Una solución renovable al problema de los residuos electrónicos
La acumulación de residuos electrónicos es el tipo de basura de mayor crecimiento a nivel mundial, llegando en 2023 a los 61,3 millones de toneladas de desechos. Sin embargo, dentro de estos aparatos olvidados hay una fuente importante de metales preciosos, como el oro, que podrían reutilizarse. Hasta ahora, los métodos para reciclarlos han sido costosos y poco eficientes. Ante la “urgente necesidad de desarrollar nuevos materiales adsorbentes”, los autores del estudio defienden que su modelo podría suponer una nueva forma de extracción de oro.
La viabilidad económica del proceso es sobresaliente. Los cálculos del equipo estiman que el coste asociado a recuperar un gramo de oro usando sus aerogeles sería de aproximadamente 1,1 dólares, significativamente menor que el valor de venta del oro recuperado, que ronda los 50 dólares por gramo.
Desde el punto de vista ambiental, los resultados también sugieren beneficios importantes. Una evaluación del ciclo de vida (LCA) mostró que el empleo de aerogeles reduce la huella de carbono en un 25% y el agotamiento de combustibles fósiles en un 64%, frente al uso de materiales convencionales como el carbón activado. Sin embargo, los aerogeles provocaron un impacto mayor sobre los ecosistemas debido al uso del suero de leche. Como estrategia compensatoria, el equipo propone explorar proteínas alternativas, como las derivadas de plantas, para reducir aún más los efectos ambientales.