Las jugadoras de la selección confirman la versión de Jenni Hermoso: “Rubiales le dijo que el beso era cosa de ambos, pero ella nos contó que no”

“Me dijo ‘tía, que Rubiales me ha dado un beso’”, ha asegurado la Alexia Putellas en su turno de palabra

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Jenni Hermoso y Alexia Putellas
Jenni Hermoso y Alexia Putellas tras conseguir el pase a las semifinales del Mundial de Australia y Nueva Zelanda (PABLO GARCIA/RFEF)

En la última sesión de esta semana del juicio a Luis Rubiales por el beso no consentido que dio a Jenni Hermoso tras la final del Mundial de 2023 ha llegado el momento de las declaraciones de las jugadoras Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina. Las tres han corroborado la versión dada por la afectada durante su turno de palabra.

Putellas ha declarado que tras la victoria intentó “quitar hierro al asunto” del beso, para que Jenni Hermoso pudiera disfrutar de la celebración, pero ella estaba enfadad". Ha asegurado que en vuelo de vuelta y tras hablar con Rubiales “se puso a llorar de agotamiento”.

Ha relatado que en el momento de la entrega de las medallas no se enteró de lo que pasó, porque justo la pilló “saludando a la reina”. “Me dijo ‘tía, que Rubiales me ha dado un beso’ y le contesté ‘anda calla’, pero su cara era un poco rara”, ha alegado.

Ya en el autobús se comenzaron a hacer algunas bromas sobre el beso, a lo que tuvo que intervenir Irene Paredes y advirtió que pararan, que “esto es algo grave”. Esta versión ha sido confirmada por las tres testigos.

En ese momento coinciden en que Jenni Hermoso todavía “estaba asimilando lo ocurrido”, y aunque quería celebrar se la veía que “no estaba”. “La vi sorprendida contando el beso”, ha asegurado Irene Paredes. Han confirmado que se tuvo que bajar corriendo del autobús porque la habían llamado, pero ninguna presenció la conversación que mantuvieron.

“Ella quería disfrutar, pero Jenni no estaba”

Una vez en el avión es cuando comenzaron las coacciones y la afectada “estaba muy agobiada”, en palabras de Putellas. “A diferencia de en el autobús, estaba enfadada. Ella quería disfrutar, la arrastrábamos a que disfrutara y Jenni no estaba”, ha relatado.

Fue llamada para hablar con Rubiales durante le viaje y cuando volvió “se puso a llorar de agotamiento”. Irene Paredes ha asegurado que en una una de estas conversaciones entre la jugadora y el expresidente él dijo que “el beso era cosa de ambos. Ella nos dijo que no, que lo estaba modificando”.

Laia Codina si presenció uno de estos encuentros en el que Rubiales sacó el tema de que “sus hijas estaban detrás y lo estaban pasando mal”. También intentó convencerla asegurando que estaba conociendo a una mujer y que a ella “no le había molestado”.

“Se puso a llorar delante nuestra, pero tenía muy claro que no quería hacer el vídeo”, ha añadido. Durante todo el vuelo las jugadoras han explicado que se llevaron a cabo varias reuniones entre los jefes de la RFEF, pero ninguna llegó a escucharlas.

Un beso no consentido

Jenni Hermoso declara que el beso de Luis Rubiales no fue consentido.

En sus declaraciones, Jenni Hermoso, ratificó que el beso no fue consentido y aseguró que “sabía que me estaba besando mi jefe, y esto no debe ocurrir en un ámbito laboral”.

Narró como tras subir al podio y saludar a la reina y su hija, se acercó al expresidente. “nos abrazamos y me dijo ‘la que hemos liado, hemos ganado el mundial gracias a ti’”, para a continuación cogerle de las orejas y darle el beso.

“Pegó un brinco hacía a mí y me tuve que echar para atrás, porque estuve en riesgo de desestabilizarme por la descompensación de peso”, continuó y matizó que no llegó a escuchar la frase “¿te puedo dar un piquito?“, ya que había mucho ruido alrededor.

Sobre la pregunta de la Fiscal de si en el caso de haber escuchado la pregunta lo habría consentido fue sido rotunda al responder que “no”. “Al bajar se lo conté a mis compañeras, sorprendida, ya sabiendo que lo que había ocurrido no era normal”.

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