‘La Revuelta’ invita a última hora a la hija de una famosa espía de la Segunda Guerra Mundial: “Mi madre no me contaba lo que iba a hacer, pero yo sabía que había meneo”

Este miércoles, La Revuelta ha vuelto a su horario habitual después de que ayer el programa de La 1 tuviera que retrasar su emisión por un partido de la Copa del Rey. Sin embargo, la vuelta a la normalidad no ha evitado que el equipo haya tenido que improvisar para tener invitado.

David Broncano ha admitido que “ha habido problemas y nos hemos quedado sin invitado”, y Ricardo Castella ha matizado que “esta vez por culpa nuestra”. Y es que, la invitada de hoy fue avisada 24 horas antes de su entrevista y gracias a un correo electrónico. “Al quedarnos sin invitado, me puse a buscar y me encontré con un correo en el que me explicaban que había una mujer que fue espía en la Segunda Guerra Mundial”, ha dicho el presentador.

Y es que Liana Romero Swirski es hija de la mítica espía conocida como la Reina de Corazones, que trabajó primero para los alemanes y después para los británicos durante la Segunda Guerra Mundial. Liana, que nació en un contexto de gran agitación política y social, es hija de padre español y madre ucraniana.

Su vida estuvo profundamente influenciada por los eventos históricos de su tiempo, momentos en los que acompañaba a su madre en muchos de los trabajos que tenía que ejercer. Así, Liana se convirtió en la espía más joven de la Segunda Guerra Mundial, ejerciendo cuando tan solo tenía 11 años y haciendo de tapadera para que no descubrieran a su madre.

“Yo estaba plantando geranios en Chipiona, y ayer me dijeron que si quería venir a Madrid a un programa muy divertido, y dije que si estaba David, sí”, ha dicho entre risas nada más empezar el programa.

Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, son los alemanes los primeros que se interesan en el trabajo de su madre. Tal y como ha explicado ella, su madre aceptó porque en España no se tenía conocimiento real de qué estaban haciendo los nazis en Europa. “A mi madre la quisieron reclutar, hablaba seis idiomas y era bastante guapa, era la típica imagen de espía”, ha relatado, añadiendo que los alemanes les prometieron devolverles sus tierras de Ucrania si ganaban la guerra.

Por esa promesa, la Reina de Corazones aceptó el trabajo: “Cayó en la trampa y empezó a trabajar para los alemanes. Gracias a Dios está viva, bueno, estaba”, ha contado Liana, provocando las risas de Broncano y del público por su lapsus. Lo que quería decir es que su madre salió viva de la Segunda Guerra Mundial, tuvo una larga vida y murió en los años 70.

“Ella me entrenó desde muy joven, me sentaba en una silla una vez a la semana y me decía que no dijera nada de lo que viera u oyera, porque estábamos en peligro”, continúa diciendo, y ha matizado explicando que ella era “la acompañante para que otros no sospecharan, porque una señora respetable con una niña de la mano no podía ser espía”. “Mi madre no me contaba lo que iba a hacer, pero yo sabía que había meneo”, ha bromeado Liana. Al final, la madre de Liana descubrió realmente los planes de los alemanes, y decidió pasarse al otro bando y trabajar para los británicos.

Pero Liana solo ha hablado de su pasado, si no también de su presente. Ella, que fue modelo en los años 50, continúa desfilando para causas solidarias. “Quiero dar un ejemplo de que se puede hacer mucho en esta vida cuando uno quiere”, ha reivindicado y, además, ha informado de que “voy a desfilar en San Lúcar de Barrameda”, lo que será un desfile solidario en apoyo a las personas con fibromialgia y con enfermedades mentales.

Justo al finalizar el programa, Liana se ha tenido que enfrentar a las dos preguntas del programa: la del dinero y la de las relaciones sexuales. En cuanto al dinero, simplemente ha mencionado que “yo no quiero saber nada del dinero, huele mal, al menos que sea un billete nuevo”.

Con la pregunta del sexo se ha explayado un poco más, y ha afirmado que “se dice que a los 50 o 60 se termina, pero no es verdad, ahí empieza lo bueno porque ya sabes lo que te gusta, no tiene límite de edad”. Aunque, después, se ha cortado un poco en hablar del tema, porque “me da respeto el qué van a pensar mis hijos, así que doy marcha atrás, pero os prometo que la próxima vez me tomo dos gin tonics y os lo cuento todo”, ha concluido.