El Gobierno ha aprobado este martes en Consejo de Ministros el anteproyecto de ley que reducirá la jornada laboral máxima en España de 40 a 37,5 horas semanales sin reducir el salario. La medida, fruto del acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos CCOO y UGT, tendrá que volver en segunda vuelta al Consejo de Ministros y deberá continuar, posteriormente, con su tramitación parlamentaria antes de su entrada en vigor, que se espera antes del 31 de diciembre de 2025. Aunque su tramitación en el seno del Gobierno no ha concluido, los partidos ya calientan por la banda a la espera de que este asunto se traslade al Congreso.
De entrada, más allá de la ambigüedad del PP con respecto a esta medida, ERC ya afeó la actitud negociadora de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. “Yolanda Díaz aplica la misma fórmula con el PSOE con la reducción de la jornada laboral que aplicó con ERC y Bildu con la reforma laboral: presión, intoxicación y unilateralidad”, criticó el portavoz parlamentario republicano, Gabriel Rufián, cuya relación está tocada, precisamente, desde la negociación de la otra medida estrella de la líder de Sumar en 2022.
Más allá de esto, Junts ya ha advertido este martes sobre la reducción de la jornada laboral, señalando que no ha “consensuado el decreto”. “Junts no resolverá las diferencias que puedan tener. Nuestra prioridad será que el decreto se adecúe a la realidad del tejido empresarial catalán”, ha apostillado el portavoz de la formación independentista, Josep Rius.
El dirigente posconvergente ha retado al Gobierno: “Esperemos que haya entendido que no cuenta con mayoría y que está obligado a negociar. Para sacar adelante cualquier medida se tendrá que negociar con Junts, cosa que no ha pasado hasta ahora”, ha añadido.
Díaz pone el foco en el PP
Frente a este aviso, Yolanda Díaz ha esquivado el choque con el partido independentista. “Las formaciones no amenazan, sino que negocian”, ha dicho para avanzar que el Ejecutivo hará lo propio con todos los grupos de la Cámara Baja, a excepción de Vox, para sacar adelante esta medida.
La vicepresidenta segunda, consciente de indecisión del PP sobre este asunto, ha puesto el foco sobre los de Alberto Núñez Feijóo. De esta manera, ha retado a los populares a “aprovechar este cambio histórico para reconciliarse con los trabajadores de su país” en lugar de “cometer el mismo error que cometió con la reforma laboral”, una medida que contó con el no de los populares a pesar de que ser consensuada con la patronal.
En este caso, los empresarios se levantaron de la mesa de negociación y han mostrado su rechazo al acuerdo alcanzado entre el Gobierno y sindicatos, pero el PP sigue sin avanzar su posición. De hecho, en un debate reciente en el Congreso sobre la reducción de la jornada laboral, los populares se abstuvieron. Por ello, ha pedido al PP reconsiderar su actitud en la oposición.
Al respecto, los populares han afeado este martes el hecho de que no se haya pactado con la patronal y ha tildado de “verdaderamente pobre” que se celebre como un éxito el hecho de que las dos partes del Gobierno, PSOE y Sumar, se hayan puesto de acuerdo.
La ministra ha explicado que el anteproyecto de ley recoge íntegramente el acuerdo alcanzado con los sindicatos y, aunque aún puede sufrir “correcciones técnicas”, llegará al Congreso sin cambios “sustanciales”. En este sentido, la líder de Sumar ha prometido que el Gobierno “va a negociar con todas las formaciones políticas”. Por otro lado, la ministra portavoz, Pilar Alegría, ha añadido que, “siendo conscientes de nuestra situación de minoría parlamentaria, este es un proyecto de Gobierno y de país y bajo ese paraguas estamos todos”, ha aseverado para apelar a todas las fuerzas políticas.