Los colirios son las soluciones líquidas diseñadas para aplicar directamente a los ojos con el fin de tratar diversas afecciones oculares. Tarde o temprano todo el mundo lo acaba usando, bien sea para tratar una alergia, una irritación o alguna enfermedad más grave como el glaucoma. En función de la dolencia, el colirio tendrá unos componentes u otros y se deberá aplicar con más o menos frecuencia, por lo que existe una gran variedad de ellos. Sin embargo, todos vienen presentados de la misma forma: en un bote pequeño de plástico o vidrio con un gotero incorporado.
Tipos de colirio
Los colirios sirven para tratar diversas afecciones oculares, proporcionando alivio y protección a los ojos. Según su función y composición se agrupan, principalmente, en las siguientes categorías:
- Lubricantes y humectantes: sirven principalmente para aliviar la sequedad ocular y se aplican según la necesidad del paciente.
- Antiinflamatorios y descongestionantes: reducen la irritación ocular asociada con alergias y conjuntivitis. Se podría decir que son los antihistamínicos de los ojos y se aplican según la frecuencia recomendada por el médico.
- Antibióticos: sirven para tratar infecciones oculares bacterianas. En este caso, su uso está relegado a la prescripción médica.
- Colirios para glaucoma: contienen medicamentos que reducen la presión intraocular.
Aunque en general los colirios suelen ser beneficiosos para los ojos, ya que alivian la sequedad ocular y reducen la irritación de los mismos, como todo medicamento, es importante utilizarlo según las indicaciones de un especialista para evitar complicaciones y garantizar su efectividad. Además, hay que tener en cuenta que estos medicamentos, al igual que el resto, tienen fecha de caducidad.
Qué pasa si uso colirio caducado
Como todo medicamento, el envase del colirio viene con una fecha de caducidad que es importante respetar, ya que el ojo es un órgano muy delicado.
Según el doctoro Sergio García, oftalmólogo especializado en tratamiento de glaucoma y oftalmología pediátrica, “si el colirio está sin abrir, intacto y ha caducado hace un mes, seguramente no pase nada”. Es muy probable que sus propiedades se vean atenuadas y no sea tan eficiente como en el momento de su adquisición, sin embargo, “no traerá ninguna mala consecuencia”. En caso contrario, si el colirio ya estaba abierto en el momento de sobrepasar su fecha de caducidad, “puede ser más contraproducente que beneficioso”.
Hay que tener en consideración que una vez empezados, los colirios pierden progresivamente su esterilidad y no pueden mantenerse con las mismas condiciones higiénicas, contaminándose con microorganismos. Por esta razón, una vez abiertos, se recomienda usarlos dentro de un plazo de 4 semanas. El principal problema es que, si se contamina, puede causar irritaciones o infecciones oculares. Además, pasado este periodo, la composición del colirio y sus propiedades se van alterando y nunca se sabe cómo esto puede afectar a la salud visual de cada persona al entrar en contacto con los ojos.
Consejos de uso
Antes de manipular el colirio, es esencial lavarse las manos, ya que el contacto de estas con el ojo puede provocar la transferencia de bacterias de los dedos y desencadenar infecciones oculares. Por otro lado, si se usan lentillas, hay que retirarlas antes de aplicar el colirio.
Para evitar la contaminación del bote de colirio, hay que tratar de evitar que entre en contacto con el ojo. De esta forma, las gotas tienen que aplicarse manteniendo una pequeña distancia entre el gotero y la córnea. Así, se recomienda también no compartir el colirio con otras personas para evitar la propagación de infecciones oculares.
En cuanto a su almacenamiento, se recomienda guardarlo en un lugar fresco y seco, siguiendo las recomendaciones de cada fabricante.