La limpieza del hogar es una tarea indispensable, primero para mantener el entorno en unas condiciones higiénicas y agradables, libres de bacterias y gérmenes que puedan afectar a nuestra salud, y, después, de cara a vivir cómodamente y encontrarse a gusto en casa. Por eso, es necesario dedicar una parte de la rutina a mantener el hogar limpio y adecuado, ya que este hábito favorecerá el bienestar de las personas que convivan en este entorno.
Sin embargo, mantener la limpieza de la casa no es siempre una tarea fácil. Hace falta, sobre todo, disponer del tiempo para hacerlo y, también, utilizar los utensilios y los productos adecuados para cada superficie. De hecho, hay algunos elementos que, a pesar de formar parte de la limpieza rutinaria de un hogar, son más complicados de limpiar que otros.
Por todo esto, son cada vez más recurrentes los remedios caseros. Fórmulas que quizás antiguamente sí se conocían y que, según se ha incrementado el uso de los productos químicos de limpieza, han dejado de utilizarse. Para estos elementos más correosos de limpiar en una limpieza rutinaria de la casa, de nuevo se están dando a conocer alternativas para buscar un resultado más reluciente y perfecto. Además, aparte de sustituir a otros productos químicos, estos remedios caseros se caracterizan por utilizar elementos muy económicos y que se suelen tener a mano en casa.
Limón y sal en los grifos
Los grifos de la cocina y del baño son elementos que, al estar hechos de cromo y acero inoxidable, son muy resistentes pero muy propensos a acumular la suciedad. Más allá de la limpieza común de los sanitarios como el váter o el lavabo, los grifos necesitan también un cuidado. Al estar en contacto con el agua y productos como lavavajillas, jabón de manos y otros artículos de higiene personal, los grifos tienden a acumular suciedad, manchas de cal e incluso óxido.
Por todo ello, remedios como el de utilizar limón y sal en la limpieza de los grifos son efectivos a la par que económicos y accesibles. Al fin y al cabo, este tipo de remedios están pensados para optimizar la limpieza de cada elemento del hogar y de reducir el uso de productos químicos que, aparte de ser más agresivos, son mucho más caros.
Para limpiar un grifo del baño o de la cocina con limón y sal, primero se debe cubrir la superficie con la sal y exprimir el jugo del limón sobre ella. También es recomendable preparar una mezcla de los dos ingredientes, exprimiendo el jugo del limón y agregando una cucharada de sal hasta obtener una consistencia pastosa. Después de dejar actuar durante un rato, basta con frotar con una esponja y aclarar el grifo con agua tibia.
El limón, gracias a su alto contenido cítrico, actúa de forma espectacular como disolvente de los depósitos minerales y elimina la grasa y la suciedad persistente de los grifos. Además, esta acidez del limón ayuda a deshacer las manchas de cal. Estas manchas se producen por la cristalización de la cal que tiene el agua corriente, cuando esta se acumula. A pesar de no considerarse suciedad, son bastante antiestéticas. La sal, en este caso, además de acelerar la reacción, actúa como un limpiador suave que elimina las manchas sin dañar las superficies, y esta solución menos agresiva puede sustituir a otros productos químicos fuertes como la lejía.