Este lunes ha dado comienzo el juicio en el que Luis Rubiales se enfrenta a dos años y seis meses de cárcel por un delito de coacciones y otro de agresión sexual, con la declaración de la denunciante, Jennifer Hermoso.
En sus declaraciones ha ratificado que el beso no fue consentido y ha asegurado que “sabía que me estaba besando mi jefe, y esto no debe ocurrir en un ámbito laboral”.
Ha narrado como tras subir al podio y saludar a la reina y su hija, se acercó al expresidente. “nos abrazamos y me dijo ‘la que hemos liado, hemos ganado el mundial gracias a ti’”, para a continuación cogerle de las orejas y darle el beso.
“Pegó un brinco hacía a mí y me tuve que echar para atrás, porque estuve en riesgo de desestabilizarme por la descompensación de peso”, ha continuado y ha matizado que no llegó a escuchar la frase “¿te puedo dar un piquito?“, ya que había mucho ruido alrededor.
Sobre la pregunta de la Fiscal de si en el caso de haber escuchado la pregunta lo habría consentido ha sido rotunda al responder que “no”. “Al bajar se lo conté a mis compañeras, sorprendida, ya sabiendo que lo que había ocurrido no era normal”.
Por su parte, la defensa de Rubiales le ha preguntado sobre las palmadas en el costado que dio al expresidente tras el beso a lo que ha contestado: “Estoy en un acto protocolario, saludé a todos. Seguí el protocolo, esto no quiere decir que sintiera ese asco”.
Al bajar al túnel de vestuarios, Rubiales habló con ella para explicarle “que ya se estaba hablando por redes sociales y se podía parar”. Intentó convencerla que lo había “hecho con efusividad, por la alegría del momento” y que tenían que hacer un comunicado conjunto.
“Me puedo reír, estar saltando, pero por dentro estar sintiendo frustración”
Ha explicado que en los momentos siguientes estuvo celebrando, “sonriendo, porque es el mayor logro que podía conseguir en mi vida. Por mí y por mis compañeras. Ellas no tenían nada que ver y llevábamos mucho tiempo preparándonos y yo quise que todo el mundo pudiera celebrarlo”.
“Tuve sentimientos encontrados. Es una situación que no elegí. En el mayor momento de mi carrera, tener el sentimiento de ¿por qué me ha pasado a mí?”, ha añadido.
“Me puedo reír, estar saltando, pero por dentro estar sintiendo frustración. Mi forma de actuar no tiene que ver con la gravedad de los hechos”, ha explicado sobre el vídeo en el que se la ve riéndose sobre un meme que hicieron comparando este suceso con el beso entre Iker Casillas y Sara Carbonero.
“Me dijo que estaban sus hijas llorando”
En el autobús que llevó a las jugadoras al hotel siguieron celebrando y al parar, Hermoso fue la primera que se bajó para coger sus maletas. Allí fue abordada por Rubiales que le dijo que leyera un comunicado que iban a publicar “que ponía que era mío, pero en el que no había participado”.
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Tras un buen rato de insistencia, la jugadora les dijo que hicieran lo que quisiera, porque “no quería ser partícipe de nada de esto. No busqué para que esto pasará”.
Las coacciones, según la versión de la denunciante, continuaron en el avión de vuelta. Otra vez habló con el expresidente, que le pidió que hicieran un vídeo conjunto para demostrar que no “había pasado nada”. “Me dijo que estaban sus hijas llorando por la situación y que tenía una novia que no había parecido mal lo que había ocurrido”.
Durante todo momento se negó a realizar este vídeo, pero si ha descrito como se sintió “desprotegida”. “Nadie se acercó a preguntarme cómo estaba. Me sentí absolutamente sola en todo momento. porque quién podría haberme ayudado en ese momento, la Federación, no lo hizo”.
(Noticia en ampliación)