El volante y el alcohol nunca deben ir en la misma frase para evitar accidentes. En este caso, un conductor de Carcassonne, una ciudad al sur de Francia, fue detenido a tiempo, pero sin pruebas de que hubiera superado los límites permitidos de ebriedad.
Durante la noche del sábado al domingo de este pasado fin de semana, la Brigada Anticrimen de Carcassonne detuvo a un hombre que se negó en rotundo a soplar en el alcoholímetro de los agentes que revelaría si estaba conduciendo bajo la influencia del alcohol.
Según el medio francés L’independant, los agentes lo detuvieron en la carretera porque estaba superando ligeramente la velocidad permitida para la vía en la que estaba circulando en mitad de la noche.
Esa alerta los llevó a detener su vehículo, pero se sorprendieron al darse cuenta de que, el conductor, de unos cuarenta años, se negó a pasar la prueba de la policía que detectaría si había bebido previamente.
Los agentes detectaron que el hombre sí estaba aparentemente bajo los efectos del alcohol, por lo que, ante la negativa de tomar la prueba, decidieron llevarlo a comisaría y reiterar su insistencia en soplar en el alcoholímetro.
Fue en vano, pues volvió a negarse a soplar, y los policías se vieron obligados a colocarlo en prisión preventiva y afirmaron que sería interrogado una vez recuperase la sobriedad para responder por el exceso de velocidad en zona urbana, conducir en “evidente estado de ebriedad” y negarse a someterse a los controles de alcoholemia.
Negarse a pasar el control es delito
Según el portal de asistencia legal español, la prueba de detección de alcohol es una prueba que se realiza a los conductores de vehículos para garantizar la seguridad colectiva en el ámbito de la seguridad vial.
En España, negarse al sometimiento a la “prueba de alcoholemia, drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas se configura como un delito castigado en el Código Penal”, recoge el portal.
El castigo ante la negativa se configura como una pena de prisión y la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores. Este delito se regula en el artículo 383 del Código Penal, dentro del capítulo de delitos contra la seguridad vial que, a su vez, son delitos contra la seguridad colectiva.
Además, también serán culpables de este delito aquellos que no soplen de manera correcta en el alcoholímetro o los que desobedezcan las instrucciones del agente de la autoridad para realizar adecuadamente la medición.
En el caso de Francia, desde 2012 es obligatorio llevar en el coche un alcoholímetro, medida que se instauró con el objetivo de reducir la cantidad de muertes relacionadas con el consumo del alcohol en las carreteras.
Hace dos años, el entonces ministro francés del Interior y actual ministro de Justicia, Gérald Darmanin, presentó una iniciativa que consistía en retirar todos los puntos del carné a quienes conduzcan bajo los efectos de cualquier estupefaciente.
Sin embargo, esta medida nunca se llegó a implementar y se quedó encima de la mesa a esperas de ser aprobada.