Cuando Elon Musk compró lo que en su momento fue Twitter, hace poco más de dos años, la red social acumulaba unos 368 millones de usuarios, según Stadista. Entre octubre de 2022 y hasta ahora, los bulos, la desinformación, el contenido de odio, la falta de moderación y el algoritmo centrado en la polémica y en generar interacciones para monetizar se han extendido sin control. Y las consecuencias se notan. Los últimos números relativos a 2024 hablan de 335 millones de usuarios en X, lo que supone 33 millones menos. Mientras tanto, alternativas como Bluesky, Threads o Mastodon quieren hacerse un hueco y convertirse en lo que fue Twitter antes.
Tras las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que tuvieron lugar en noviembre, el nuevo presidente del país, Donald Trump, nombró al hombre más rico del mundo, Elon Musk, líder del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental de EEUU. Para entonces, muchos usuarios consideraron que ya habían tenido suficiente. Fue el caso del diario británico The Guardian, que alegó que abandonaba la plataforma por considerarla “tóxica”. Días después le siguió el primer medio español, el diario catalán La Vanguardia. Como explicaba The Guardian, X se había convertido en “una plataforma tóxica”, mientras que para los catalanes, ahora la red social era “una caja de resonancia de las teorías de la conspiración y la desinformación”.
Otro momento en esta dirección llegó el pasado 20 de enero, durante la investidura de Trump en Washington. Elon Musk hizo una intervención durante la celebración de la toma de posesión del presidente. Ante un estadio repleto de simpatizantes trumpistas, el millonario hizo un gesto que recordó al saludo nazi, alzando el brazo tras señalarse el corazón.
De medios de comunicación, a políticos o periodistas
En España, ya no solo medios, sino usuarios de gran relevancia en nuestro país, han dicho adiós a lo que fue el pajarito azul. Una de las últimas personas en hacerlo ha sido la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. “Defender la democracia es dejar de utilizar herramientas que la debilitan. Nos seguiremos leyendo en otras plataformas”, escribió por última vez el pasado 21 de enero.
A la decisión se sumaron otros miembros del Ejecutivo, todos de Sumar. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, afirmó que X se ha convertido en “el altavoz de una oligarquía de extrema derecha” que difunde odio y desinformación. Por su parte, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, calificó el gesto de Musk como una “declaración de intenciones” y señaló que la plataforma ha pasado de ser un espacio de intercambio de opiniones a ser “el negocio de la desinformación”.
Además, la periodista Julia Otero comunicó su decisión de abandonar X tras el polémico gesto de Elon Musk durante la investidura de Donald Trump, que fue interpretado por muchos como un saludo nazi. Diversas organizaciones ecologistas, entre ellas Ecologistas en Acción, Amigas de la Tierra y Greenpeace, anunciaron su salida de X, denunciando que la red social representa “un peligro para la democracia” y fomenta discursos ultraderechistas y desinformación.
Una herramienta de difusión para la desinformación
Raúl Magallón Rosa, profesor de Comunicación en la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y experto en desinformación y fact-checking, explica a Infobae España que el algoritmo de X se ha alterado para “incentivar determinados contenidos” que hacen que ahora la red social sea “una herramienta política de gran alcance”. “Ya no solo hablamos a nivel local, sino en una herramienta de difusión de desinformación, de narrativas globales y con un impacto global”.
El experto cuenta que en la década pasada lo que para entonces era Twitter se convirtió el centro de “la economía de la atención informativa”. Pero desde que Musk compró la aplicación, hubo un cambio en formato y forma. Previo a noviembre de 2022, las cuentas verificadas con el tick azul permitían a las personas saber que una cuenta de interés público era auténtica. Periodistas, políticos, personajes de entretenimiento garantizaban fiabilidad y confianza, pero cuando entró el multimillonario a dirigir la aplicación entró en Twitter Blue, o X Premium, un modelo de suscripción que permitía a cualquiera pagar por la insignia de verificación azul. “En el momento en el que eso cambia y las cuentas verificadas simplemente se obtienen pagando, muchos usuarios empiezan a monetizar también la desinformación”.
A dónde van los usuarios
Casi un 20% de los españoles ha dejado de tener o utilizar su perfil en X (antes Twitter) debido a los recientes cambios en la moderación y verificación de contenidos, según un estudio de la consultora Asesores, publicado el pasado 21 de enero.
Este abandono ha disparado el número de usuarios en redes sociales alternativas a X. Es el caso de Bluesky, una red social de microblogging muy similar a la aplicación que sustituye, ya que está creada por el cofundador y exCEO de Twitter Jack Dorsey, que tuvo el cargo durante 15 años. Fundada en 2021, no fue hasta marzo de 2023 cuando se lanzó la primera versión de Bluesky para iOS, pero para entonces para acceder había que apuntarse a una lista de espera o entrar mediante invitación. Ahora cualquiera puede crearse una cuenta. Este jueves 30 de enero, la aplicación de la mariposa azul anunció que en un mes —coincidiendo con los resultados electorales en Estados Unidos— habían ganado más de cinco millones de personas, lo que hace que en total sean más de 30 millones de usuarios registrados.
Otra de las alternativas más conocidas es Mastodon, también de microblogging. Está descentralizada, tiene código abierto y funciona a través de una federación de servidores independientes, conocidos como instancias, que pueden comunicarse entre sí, formando lo que se conoce como el fediverso. Sin embargo, Mastodon funciona como una red de múltiples comunidades independientes. No existe una página central, por lo que es necesario elegir un servidor para registrarse, que puede estar organizado por idioma o temática. Una vez dentro, los usuarios tienen acceso a dos tipos de feed: uno con el contenido publicado dentro de su servidor y otro que muestra publicaciones de otros servidores interconectados.
Por otro lado, Threads es una alternativa de Meta, empresa dueña de Facebook y WhatsApp, y está integrada en Instagram. Muy similar a X, permite hacer publicaciones de hasta 500 caracteres, compartir imágenes y seguir otras cuentas.