Cada noche, antes de irse a dormir, muchos hogares en España tienen por costumbre cerrar la puerta con la llave echada y dejarla puesta por dentro. Sin embargo, esta costumbre, lejos de reforzar la protección del hogar, puede facilitar la tarea de los ladrones.
Según advierten expertos en cerrajería, dejar la llave dentro de la cerradura no impide su manipulación y, en algunos casos, puede hacer que sea más fácil de abrir. Samuel Prieto, especialista en seguridad del Instituto Superior de Seguridad Pública (NETPOL), ha explicado en una entrevista para El Panda Inversor que esta práctica es contraproducente. “No aporta más seguridad, de hecho, puede llegar a ser perjudicial”, afirma.
El bombín es la pieza clave de una cerradura y su función es permitir el cierre y apertura de la puerta con una llave, tanto desde el interior como desde el exterior. Sin embargo, muchas personas creen de manera errónea que dejar la llave dentro refuerza la seguridad del sistema. En realidad, esto depende del tipo de bombín instalado.
“En la mayor parte de los países de Europa eso está prohibido. El bombín de embrague simple, que impide abrir la puerta desde fuera si la llave está puesta por dentro, no está permitido”, explica Prieto. Además, menciona que la normativa de fabricación de bombines podría prohibir esta característica en el futuro. Además, el experto asegura que no hay un horario para los robos”, aunque sí “noches señaladas” como Nochevieja o Nochebuena, donde la gente sale.
¿Cómo cerrar la puerta correctamente?
Independientemente del tipo de bombín, los expertos recomiendan dar todas las vueltas posibles a la llave y extraerla por completo. Si se trata de un bombín de embrague simple, dejar la llave dentro bloqueará el acceso desde el exterior, lo que podría generar problemas en caso de emergencia. En cambio, un bombín de embrague doble permite abrir desde fuera aunque la llave esté puesta por dentro.
¿Se puede abrir una puerta con la llave puesta?
En muchas cerraduras convencionales, dejar la llave en el interior bloquea el acceso desde el exterior debido al mecanismo de embrague simple. Esto significa que, si un residente se olvida de retirar la llave antes de salir, podría quedar fuera sin posibilidad de entrar, salvo llamando a un cerrajero.
En algunos casos, es posible abrir la puerta utilizando una radiografía o una lámina de plástico introducida por la rendija lateral de la cerradura. Sin embargo, si la llave está girada, este método no será efectivo.
El mecanismo de bloqueo se debe a que, al girar parcialmente la llave, se crea un efecto de fijación en el bombín que impide su manipulación externa. Si la llave no está completamente insertada o girada, existe la posibilidad de que la puerta pueda abrirse desde fuera.
Por estas razones, la Policía y los especialistas en seguridad recomiendan extraer la llave de la cerradura tras cerrar la puerta para evitar complicaciones y reducir el riesgo de robo. Además, es recomendable contar con cerraduras de alta seguridad y bombines antibumping para mejorar la protección del hogar.