Al tener un hijo, la principal preocupación de los progenitores es garantizar la protección y bienestar del pequeño en todos los lugares y momentos. En casa, evitando que se haga daño con los muebles; en centros comerciales, manteniéndole cerca para que no se pierda; e, incluso, en los trayectos con el coche, sentándoles en un asiento homologado y asegurándose de que la retención esté fija.
Lo cierto es que no sirve cualquier asiento, debe ser uno apropiado para su edad y peso y que le proteja frente a frenazos y acelerones bruscos o, en el peor de los casos, frente a un accidente de tráfico. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), el uso adecuado de Sistemas de Retención Infantil (SRI) reduce en un 75% las muertes y las lesiones en un 90%. Además, la Ley de Tráfico y Seguridad Vial indica que se podrá inmovilizar un vehículo en el que un menor de edad no esté correctamente acomodado.
Diferentes tipos de sistemas de retención según la altura y peso del pequeño
A medida que el pequeño va creciendo en edad, altura y peso, se deberá modificar el SRI en función de las características anteriores, hasta que, a partir de los 135 centímetros de altura, se permite que los menores utilicen el cinturón de seguridad. No obstante, desde el organismo vial, recomiendan esperar hasta que alcance el metro y medio de altura para pasar al cinturón de seguridad, cuyo uso es obligatorio en España desde 1975 para los asientos delanteros, y desde 1992 para la sección trasera.
En este sentido, existen diferentes variantes de SRI, para diversos grupos de edad:
- Grupo 0 y 0+: estas sillitas deben ir siempre en sentido opuesto a la marcha porque ofrece una mayor protección de cabeza, cuello y columna. Cuando el niño/a supere los 13 kg o su cabeza sobresalga del asiento, este deberá ser modificado.
- Grupo 1: para los bebés de 9 a 18 kg, se debe fijar la silla mediante el cinturón de seguridad o el sistema Isofix, formado por tres puntos de anclaje: dos situados entre el asiento y respaldo y el tercero detrás del asiento o anclado a la base del vehículo. Además, la criatura debe ir sujeta a un arnés de cinco puntos, bien ajustado a su cuerpo.
- Grupo 2 y 3: este modelo corresponde a los asientos y cojines elevadores recomendados para los pequeños, demasiado grandes para una sillita, pero aún pequeños para usar el cinturón de seguridad. Su función consiste en elevar la altura del niño, hasta alcanzar una que le permita el correcto empleo del cinturón.
- A partir de 135 cm: aunque, por ley, se permite que los menores con dicha altura utilicen únicamente el cinturón, se recomienda que sigan usando SRI homologados a su peso y altura, hasta que superen el metro y medio.
La importancia de dar ejemplo
La DGT destaca la relevancia de la imagen que los padres proyectan hacia sus hijos, quienes, durante la infancia, absorben gran parte del aprendizaje mediante un modo observacional, es decir, imitan la conducta y gestos de los mayores. Si un adulto no se pone el cinturón de seguridad, existe la posibilidad de que el pequeño añada este peligroso hábito a su futuro.
Un inadecuado uso de los sistemas de seguridad indicados para los niños y niñas puede provocar lesiones de diversa consideración. Desde daños en el cuello hasta los ocasionados en la cabeza, pasando por el riesgo de sufrir hemorragias internas o lesiones abdominales.