La empleada que perdió su trabajo por la falta de mantenimiento de su coche de empresa: despido justificado porque el jefe tuvo que pagar una avería

La trabajadora argumentó que la compañía le exigía realizar las revisiones del vehículo fuera de los días laborales

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Imagen de un taller de
Imagen de un taller de coches. (Adobe Stock)

Una reciente decisión judicial ha concluido que el despido de una trabajadora en el área de ventas médicas, tras ocho años de servicio en la empresa, fue justificado debido a negligencias en el mantenimiento del vehículo de alquiler que la compañía le había asignado para uso laboral. De acuerdo con los detalles del caso, publicados por el medio francés NetPME, la empleada no cumplió con las recomendaciones de mantenimiento estipuladas por el fabricante del vehículo ni con las directrices entregadas por su empleador sobre el cuidado necesario del coche.

En concreto, se le había proporcionado un manual que especificaba que el vehículo debía someterse a revisión periódica, responsabilidad que recaía directamente en el trabajador. Sin embargo, la revisión obligatoria que correspondería efectuarse a los 30.000 kilómetros no fue realizada en el plazo estipulado. Y este retraso en el mantenimiento tuvo consecuencias significativas.

Cuando finalmente se realizó la revisión del vehículo, este ya había recorrido 36.331 kilómetros, superando en más de 6.000 kilómetros la recomendación del fabricante. Esta demora provocó que, apenas dos meses después de la inspección, una avería técnica no cubierta por la garantía provocó daños cuya reparación ascendió a más de 9.000 euros. Estos gastos tuvieron que ser asumidos por la empresa.

Al ser despedida, la trabajadora cuestionó la legalidad de la decisión de la empresa y presentó varias alegaciones para defender su caso. Argumentó que la compañía le exigía realizar las revisiones del vehículo fuera de los días laborales, como los sábados, lo que representaba un obstáculo dado que el establecimiento donde debía efectuarse el mantenimiento no operaba durante el fin de semana. Por este motivo, según expuso, se veía obligada a solicitar un día de ausencia o de reducción del tiempo de trabajo (conocido como RTT) con al menos un mes de antelación para cumplir con dicha obligación.

El Supremo pone límite a los despidos disciplinarios: no pueden realizarse sin que el trabajador tenga la posibilidad de defenderse.

Sin embargo, el Tribunal de Casación, la máxima autoridad judicial en este caso, distinguió válidos los argumentos de la empresa y determinó que el despido era legítimo y basado en una causa real y grave. Entre las razones señaladas por los jueces, se destaca que la empleada fue informada con claridad sobre las normas de mantenimiento del vehículo y sobre la obligación de llevar a cabo las inspecciones periódicas en tiempo y forma. Además, el trabajador no negoció los hechos que le imputó a su empleador, asumiendo que no realizó el mantenimiento según las indicaciones del fabricante, lo que desencadenó la pérdida de la cobertura de la garantía y, consecuentemente, un perjuicio económico para la compañía.

Sin pruebas de las acusaciones de la empleada

Un punto importante de la resolución judicial es que no se confirme la acusación de la trabajadora hacia su jefe en relación con la supuesta imposición de obligar a realizar las revisiones durante los días libres o RTT. Sin pruebas suficientes que respaldaran esta afirmación, el tribunal no encontró fundamentos para considerar que esta restricción complicara el cumplimiento de las reglas de mantenimiento.

El fallo subraya que las obligaciones contractuales y las responsabilidades específicas asignadas a los trabajadores en relación con los bienes de sus contratos deben ser cumplidos, especialmente cuando el incumplimiento pueda acarrear consecuencias económicas negativas para la empresa. En este caso, se descubrió que la negligencia de la empleada respecto al mantenimiento del vehículo asignado generó un daño directo al empresario, constituyendo una causa válida para el despido.

Cambio de aceite del motor
Cambio de aceite del motor de un coche en un taller mecánico.

La resolución de este caso pone sobre la mesa preguntas frecuentes en el ámbito laboral acerca del uso y cuidado de bienes empresariales. Si bien los trabajadores pueden tener que lidiar con desafíos logísticos derivados de sus responsabilidades, las empresas también tienen el derecho de exigir un manejo adecuado de los recursos que proveen a sus empleados. Este equilibrio, según señaló el tribunal, debe respetarse mutuamente, manteniéndose dentro de los límites establecidos por la normativa laboral y los acuerdos contractuales.

Por su parte, este caso pone un precedente respecto a la importancia de seguir las indicaciones vinculadas al uso de vehículos u otros bienes empresariales. La decisión judicial remarca que el incumplimiento de tales instrucciones puede derivar en consecuencias graves, incluidas sanciones extremas como el despido.

La trabajadora, que perdió su puesto después de ocho años en la empresa, se enfrentó a la consecuencia directa de lo que el tribunal calificó como un incumplimiento grave, destacando la importancia de seguir con diligencia las pautas establecidas en el ámbito laboral.

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