Una funcionaria del Ayuntamiento de Zúrich ha sido despedida después de que se descubriera que había estado manipulando sus horarios laborales durante meses. Cuando se comprobó el horario de la tarjeta de transporte público y el registro oficial de sus jornadas de trabajo, se dieron cuenta de que algo no cuadraba. En ese momento comenzó una investigación que culminó con su destitución.
La mujer, quien había trabajado más de una década como funcionaria municipal, comenzó a ajustar sus horarios laborales registrados para que pareciera que hacía jornadas más largas, según ha informado el medio francés 20 minutes. Su plan para fingir salió a la luz durante un control rutinario en el que su empleador revisó informes internos entre los que se incluían los gastos en transporte público. Fue en ese momento cuando se descubrió que los horarios reflejados en los billetes de autobús que utilizaba para trasladarse no coincidían con las horas que ella reportaba como trabajadas.
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Este descubrimiento derivó en una revisión exhaustiva y, pocos días después de que se confirmara la irregularidad, se le comunicó su despido por “falta grave de conducta”. La decisión fue efectiva de forma inmediata el 1 de diciembre de 2018, marcando el fin de sus 13 años de servicio en el Ayuntamiento de Zúrich.
El caso llegó a los tribunales
Sin embargo, la funcionaria, ahora de 47 años, no ganó esta resolución sin lucha. Presentó una denuncia por despido improcedente, alegando que la medida había sido desproporcionada. En un primer momento, su recurso tuvo éxito, lo que obligó a las autoridades municipales a defender su decisión en instancias superiores. La ciudad de Zúrich, al rechazar pagar una indemnización de tres meses de salario a la trabajadora, llevó el caso ante el Tribunal Administrativo, donde los argumentos de la demandante no lograron convencer.
Durante el juicio, la funcionaria intentó minimizar los hechos argumentando que solo había “redondeado” su jornada laboral. No obstante, para el tribunal y el Ayuntamiento, las constituían un incumplimiento grave de los principios básicos de lealtad hacia la institución. Según el abogado Nicolas Facincani, especialista que analizó este caso en una entrada en su blog, las evidencias contra la funcionaria eran contundentes. Facincani destacó que la manipulación deliberada de los horarios de trabajo en perjuicio del empleador representa una violación grave del deber de buena fe en el ámbito laboral, lo que justificaba plenamente la terminación inmediata del contrato.
Además, el abogado explicó que, en casos como este, la cantidad del perjuicio económico causado no es el factor decisivo, sino el hecho de que la conducta haya roto la confianza esencial entre el trabajador y la entidad empleadora. “El registro incorrecto y continuado de las horas de trabajo constituye un incumplimiento de lealtad inaceptable en cualquier ámbito laboral”, manifestó Facincani.
Gran nivel de detalle
Aunque estos casos son poco frecuentes, llamó la atención el nivel de detalle que delató a la empleada. Facincani subrayó que usualmente no se encuentra evidencia tan clara y documentada como la que ofrecen los billetes de autobús en este caso, lo que facilitó al empleador la posibilidad de probar que había un esquema premeditado para alterar los registros laborales.
Finalmente, el Tribunal Administrativo respaldó la posición del Ayuntamiento de Zúrich, confirmando que el despido sin aviso previo era legítimo y necesario, dado el deterioro de la confianza hacia la funcionaria. La resolución ha servido como un recordatorio para otros trabajadores acerca de las consecuencias de manipular deliberadamente datos laborales, así como la prioridad de valorar la lealtad profesional como uno de los pilares del empleo público y privado.
Con este fallo, el caso ha quedado cerrado, sentando un precedente sobre la estricta aplicación del deber de lealtad en el entorno laboral suizo.