Heidi De Schepper tenía 26 años cuando desapareció en 2010, sin embargo, no fue hasta el año pasado cuando la policía belga descubrió este caso. Hace ya más de una década que se perdió el rastro de la joven de apariencia cuidada, cabello largo y ojos oscuros. No obstante, su pareja y padre de sus tres hijos (de 2, 3 y 7 años) nunca dio parte a las autoridades. Ahora, en un reciente interrogatorio, ha comunicado que se fue “de la noche a la mañana” y que con ella también se desvanecieron “todas sus pertenencias”.
Una desaparición descubierta por casualidad
De Schepper vivía con su novio desde los 18 años en una casa en Balen, en la región de Amberes. Después de una infancia difícil, rompió todo contacto con toda su familia, por lo que los únicos que podrían haber denunciado su desaparición eran sus hijos o su novio. “Tenía pocos contactos sociales y vivía aislada. Esto podría explicar por qué nadie dijo nada durante 14 años”, explicó el portavoz de la fiscalía de Amberes, Kristof Aerts.
La ausencia se descubrió por casualidad, cuando el colegio de uno de sus hijos intentó ponerse en contacto con ella, tal y como recoge el diario L’Independant. Aerts ha detallado que a lo largo del año pasado fueron numerosas las labores de búsqueda que se hicieron para ver si había algún rastro de Heidi. Lo único que hallaron fueron dos detalles: que el 6 de mayo de 2010 el Ayuntamiento de Balen recogió un permiso de conducir provisional a nombre de Heidi de Schepper —algo que pudo haber hecho ella misma u otra persona—. Y que su DNI, válido hasta 2011, jamás fue renovado.
La que fuera su pareja detenida e interrogada
El pasado lunes la que fuera su pareja fue detenida e interrogada durante horas. Los periodistas del medio belga HLN News se han acercado hasta la casa del sospechoso para intentar sacar algo de información. Algunos de sus vecinos han relatado que se trata de un “hombre peligroso, con muchos problemas y de mecha corta”. El padre de los niños ha querido aclarar que todo comenzó cuando uno de los pequeños hizo novillos. “Habían intentado llamar a la madre, pero no consiguieron contactar con ella, eso les pareció sospechoso y avisaron a la policía a mis espaldas. Los agentes vinieron con la artillería pesada”, comenta.
“Estaba paseando a mi perro, la policía ya había llamado a la puerta de mis padres que viven un poco más lejos. Les dijeron que había huido. Cuando llegué a casa, había muchos coches aparcados, vinieron a registrarme”, añade. Cuenta que después le estuvieron interrogando durante nueve horas y que como salió sin esposas, pensó que era algo “bueno”.
La razón por la que no denunció su desaparición
El hombre comenta que no denunció su desaparición porque la conocía perfectamente y sabía que si sentía perseguida, sólo iba a huir más lejos. Más tarde, las lágrimas empiezan a brotar las lágrimas de sus ojos y confiesa ante los periodistas que Heidi había tenido dificultades con las drogas. “Su situación no hizo más que empeorar. Simplemente, no podía soportarlo y más y le di a elegir: o tus hijos o esa mierda”, relata. Recuerda que se fue a trabajar y que le aterraba la vuelta a casa, sobre todo, por los niños. “Porque ¿qué me iba a encontrar allí? La madre dormida en el sofá y las drogas aún sobre la mesa. Consumía speed porque quería adelgazar. Una vez la hospitalizaron porque sólo pesaba 35 kilos”, apunta.
“Era la madre perfecta”
“Tenía una doble vida llena de drogas y salidas”, continúa. Asegura que Heidi “era la madre perfecta”, pero que en cuanto daba de comer a los pequeños llegaba su momento de consumir y que llegados a un punto se volvió “demasiado”. La que fuera su pareja también contó cómo fueron los últimos momentos junto a ella. Fueron al médico y allí ella reconoció que tenía un problema. Entre esa cita y la última vez que se vieron pasaron siete días, en los que ella no volvió a dirigirle la palabra. Una semana más tarde, Heidi dejó a los pequeños en casa de los padres de él. Era un viernes y como los viernes siempre comían patatas fritas, las dejó preparadas y se marchó.
La policía continua con su investigación, buscando algún rastro tanto en el país como en el extranjero. De momento, el análisis sigue en pie y no se descarta ninguna hipótesis.