A la hora de aprobar el carnet de conducir, no solo hay que conocer a fondo las reglas de conducción; saber aparcar en línea o en batería; o adaptar la conducción a las circunstancias del tráfico, lumínicas y meteorológicas y viales. Es igual de importante distinguir cada uno de los elementos que forman parte del corazón de un coche de combustión: el motor.
Resultan escasas las clases técnicas que se dedican a la enseñanza de los alumnos en materia de aspectos técnicos del coche. Es decir, es crucial que los alumnos sepan cambiar el aceite del vehículo, sustituir el líquido del limpiaparabrisas o, incluso, saber qué tipo de combustible -gasolina o diésel- acepta sus correspondientes coches. Este aprendizaje preventivo evitará que los noveles, en un futuro, se bloqueen ante una situación imprevista y desconocida y sepan actuar por ellos mismos.
Pasos para cambiar el aceite del coche
Una de las funciones principales del aceite en un vehículo de combustión consiste en lubricar, es decir, reducir la fricción entre las partes móviles del motor, con el objetivo de evitar que se produzca un desgasto prematuro en estas piezas.
Pero, no solo contiene un efecto engrasador, sino que también ejerce de refrigerante, evitando que la temperatura se eleve a causa de la fricción; impide la corrosión y ejerce de detergente, ya que tiene la capacidad de mantener en suspensión todos los residuos que quedan atrapados en el filtro.
Según Repsol -multinacional energética y petroquímica española-, para cambiar el aceite, es necesario seguir los siguientes pasos e indicaciones de las autoridades viales:
- Encontrar el lugar apropiado: como es un elemento perjudicial para el medioambiente y la vía pública, está completamente prohibido realizar la sustitución en la calle. La mejor opción es realizarlo en el garaje, aunque deberás pedir permiso, si este es comunitario.
- Encender el motor previamente: para que las piezas internas se deslicen y generen mayor fluidez, es importante dejar encendido el coche entre cinco y diez minutos.
- Subir la parte delantera del vehículo: generalmente, el depósito de vaciado se localiza en la mitad frontal del vehículo, en los bajos. Por ello, será necesario emplear un gato -herramienta que sirve para levantar grandes pesos a poca altura-, siempre con formación previa y en condiciones de seguridad.
- Drenar el tapón de vaciado: para este paso, será recomendable llevar guantes para no mancharte en el proceso. Coloca un recipiente vacío debajo del orificio y espera unos dos o tres minutos hasta que se haya retirado toda la suciedad.
- Sustituir el filtro: en este caso, el filtro se halla en el capó del coche y se puede distinguir por su forma cilíndrica y color rojo o negro. Desenrosca el filtro usado y sustitúyelo por el nuevo. Después, lubrica la goma e insértala.
- Vierte el aceite nuevo: utiliza un embudo para evitar derrames y que otras partes del coche queden manchadas por aceite. Cuando el nivel de aceite alcance el recomendado en el manual del vehículo, cierra el depósito.
Clasificación de aceites
Cuando cambies el aceite del coche, debes saber que hay varios tipos de este líquido, clasificados en función de su elaboración:
- Aceites minerales: Para motores con alto kilometraje o considerable desgaste, se recomienda el uso de aceite mineral, un producto derivado directamente de una base refinada del petróleo. Este lubricante ofrece características distintas en comparación con los aceites sintéticos. La composición del aceite mineral, basada en el refinado del crudo, le otorga propiedades específicas que resultan ventajosas en ciertos casos.
- Aceites sintéticos: destacan por ser menos volátiles y por mantener estables sus propiedades frente a temperaturas extremas, lo que garantiza una mayor protección para los motores exigentes. Estas características son el resultado de un meticuloso proceso de transformación, al que se somete la base destilada y refinada derivada del petróleo.
- Aceites semisintéticos: estos son elaborados a partir de una combinación de bases minerales y sintéticas, y representan una opción ampliamente utilizada. Aunque su desempeño no alcanza el nivel de los aceites totalmente sintéticos, presentan una respuesta considerada eficiente en muchos contextos. Esta solución intermedia, creada mediante la mezcla de componentes, ha ganado popularidad debido a su balance entre rendimiento y accesibilidad.