El juego online arrastra a más jóvenes a la ludopatía, impulsados por ‘tipsters’, en un ámbito sin escrúpulos: “Apelar a la ética no nos lleva a ningún lugar”

‘Infobae España’ habla con una asociación de ayuda y prevención de la ludopatía sobre un sector que en 2023 generó más de 1.200 millones de euros. Solo las apuestas reportaron más de 491 millones a los operadores de juegos

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Kike Salas, jugador del Sevilla
Kike Salas, jugador del Sevilla FC, fue detenido por un presunto amaño de apuestas deportivas en línea. (Raúl Caro / EFE)

Kike Salas, futbolista del Sevilla FC de 22 años, ha sido el último deportista profesional envuelto en un caso de presunto amaño de apuestas deportivas en línea, que condujo a su detención el pasado martes 14 de enero. Según la investigación policial a la que han tenido acceso diversos medios, dos amigos del sevillano habrían obtenido alrededor de 9.000 euros después de que su amigo, el defensa, hubiera forzado presuntamente siete tarjetas amarillas en la campaña pasada (jornadas 30, 31, 33, 35, 36, 37 y 38).

Kike Salas no solo habría cometido un presunto delito de corrupción en los negocios, recogido en el artículo 286 bis del Código Penal, que se aplica también “a los deportistas, árbitros o jueces, respecto de aquellas conductas que tengan por finalidad determinar o alterar de manera deliberada y fraudulenta el resultado de una prueba, encuentro o competición deportiva de especial relevancia económica o deportiva”.

Además de todo lo anterior, este reciente caso, agravado por la temprana edad del futbolista, pone de manifiesto cómo las generaciones jóvenes se han encontrado con un entretenimiento del que, a veces, resulta difícil de escapar: las apuestas deportivas online. El análisis del perfil del jugador online, elaborado en 2023 por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), detalla que, en el mencionado año, 1.637.831 jugadores activos participaron en apuestas en línea, suponiendo un crecimiento anual del 2,69%. Además, los datos más preocupantes se descubren cuando se desglosan los porcentajes de jugadores activos por rangos de edad: el 65,49% de los jugadores activos tenían una edad comprendida entre los 18 y 35 años, y 534.335 jugadores activos (32,62%) se encontraban en el rango de edad de 18 a 25 años, con una variación anual del 4,35% -la más alta de todos los grupos de edad-.

Mosaico de algunas de las
Mosaico de algunas de las casas de apuestas más conocidas. (@Hugo_saez en X)

Especialmente relevante y alarmante es el gasto medio del rango de edad más joven estudiado en el informe, sobre todo si se tiene en cuenta que, a estas edades, muchos de los jugadores activos se encuentran aún en su proceso formativo y sin haber iniciado su etapa laboral. Así, el análisis del perfil del jugador online realizado por la DGOJ indica que el gasto medio de los jugadores activos comprendidos entre los 18 y 25 años es de 333 euros en 2023, siendo el más bajo de una lista liderada por los jugadores activos situados entre los 46 y 55 años, quienes gastaron una media de 1.165 euros.

Una edad “abrumadoramente joven”

Quienes son atrapados por los tentáculos de la ludopatía (adicción patológica a los juegos electrónicos o de azar, y reconocida como enfermedad en 1980), se ven enredados por una enfermedad muy arraigada en la sociedad, pero, al mismo tiempo, una de las más silenciosas. Esto último se debe, en parte, a la vergüenza que pueden sentir quienes la sufren y, por tanto, omiten su diagnóstico.

Para contrarrestarla, existen decenas de asociaciones, muchas de ellas integradas en la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR). Es el caso de Asociación Aralar, dedicada a la ayuda y prevención de la ludopatía en Navarra, con la que ha hablado Infobae España. Teresa Burgui, coordinadora del citado organismo, explica que las personas tratadas son cada vez más jóvenes, cuentan con una edad “abrumadoramente joven”. Por poner las palabras en números, “un 65% de las personas que tratamos tienen menos de 35 años y va bajando”, afirma la gestora.

Los gobiernos de coalición formados por PP y Vox después de las elecciones del pasado 28 de mayo, han aprobado varias medidas polémicas en los municipios donde gobiernan

Los jóvenes que se ven abocados a esta desgraciada situación no llegan a las apuestas deportivas online directamente, sino que su perfil de apostador comienza a dibujarse en la vida real: máquinas tragaperras de los bares, casinos y los salones de juego. Otra razón, cuenta Teresa Burgui, por la que los hombres jóvenes -el porcentaje de mujeres apostadoras es mucho menor; según la DGOJ, en 2023, el 16,62% de los jugadores online fueron mujeres- se inician cada vez más pronto en las apuestas, consiste en su condición de “deportistas y consumidores de deporte. Piensan que, como tienen mucho conocimiento e información sobre esta materia, no influye tanto el azar”.

El fácil acceso de los menores de edad

Se supone que los menores de edad tienen prohibida la entrada a salones de juego y el acceso a plataformas en línea de apuestas deportivas. Esa es la teoría porque, en la práctica, la anterior premisa no se cumple en muchas ocasiones. Desde la Asociación Aralar, indican que “la edad de inicio a los juegos de azar está en torno a los 15 años”, a pesar de la regulación vigente.

Este fácil acceso se facilita cuando entran a una sala de juegos y no se les exige la identificación, o cuando los menores se registran en una página web de apuestas con el DNI -Documento Nacional de Identidad- de un adulto. Ya que “los sistemas de verificación actuales está visto que son fáciles de burlar”, Burgui reclama, en una conversación con Infobae España, “sistemas de verificación de identidad más estrictos” y “una legislación más exigente para salvaguardar a las personas más vulnerables, menores y autoexcluidas, porque apelar a la ética en este sector empresarial no nos va a llevar a ningún lugar”.

El lucrativo negocio de las apuestas deportivas

Las redes sociales son espacios que dan cabida a todo tipo de personas y son herramientas indispensables para, por ejemplo, la conquista de la libertad de expresión. Pero, es inocultable que, además de los infinitos aspectos positivos, estos rincones digitales esconden ciertos riesgos para los jóvenes, especialmente cuando se entromete la palabra dinero de por medio.

Las casas de apuestas han visto en las redes sociales y en determinados perfiles de figuras públicas un altavoz al que conectarse para atraer más jugadores y, consecuentemente, más ganancias a los millones de euros que facturan cada año. Según el último informe de la DGOJ sobre el mercado de juego online estatal, en el tercer trimestre de 2024, el GGR -siglas en inglés de Gross Gaming Revenue, que corresponden a la cantidad bruta de dinero que ingresa un operador del juego, sin tener en cuenta gastos operacionales- del sector del juego en línea fue de 348,09 millones de euros, de los que 135,92 millones de euros fueron obtenidos en el mercado de las apuestas.

Los ‘tipsters’, gurús de las apuestas deportivas

Para llegar a estas ingentes cantidades de dinero, una de las estrategias que las casas de apuestas emplean consiste en recurrir a ciertos perfiles de personas muy concretas en redes sociales. Son los denominados tipsters, que, como se deduce del referido anglicismo, a base de un supuesto conocimiento deportivo, son apostadores cuasiprofesionales que se dedican a pronosticar, indicando a sus seguidores qué apuestas deben copiar y prometiéndoles un sobresueldo.

El hábitat natural de los tipsters son las plataformas sociales, un lugar en el que apenas encuentran oposición al contenido que publican. Las políticas de uso de la mayoría de los medios sociales permiten la publicación de contenido relacionado con apuestas, siempre y cuando los usuarios cumplan con normativas nacionales y estén dirigidas a un público mayor de edad. En el caso de la red social de Elon Musk, los cientos de tipsters españoles publican contenido de casas de apuestas incluidas en el listado de 77 operadores con licencia de la DGOJ, haciendo que sus cuentas de X (antes Twitter) estén protegidas. Sus publicaciones consisten, principalmente, en pantallazos de las apuestas que estudian y realizan, acompañados del respectivo stake (término que hace referencia a la confianza que se tiene en una apuesta y que marcará el porcentaje del dinero a apostar con respecto del presupuesto total). A veces -no es lo habitual-, muestran una parte de los fallos que cometen, apropiándose del mantra de la transparencia.

Sin embargo, Telegram se ha consolidado como el lugar por antonomasia para los tipsters, en la que hay decenas de canales monitorizados por pronosticadores, a donde suben un contenido similar que en X, pero en mayores dosis. Y la pregunta del millón: ¿Cuál es la fuente de ingresos de estos individuos? Muchos de ellos anuncian sus propios canales privados de Telegram, a los que se accede con una cuota mensual y donde explican sus mejores recomendaciones. En otras ocasiones, estos mismos obtienen dinero directamente de las casas de apuestas, por medio de la promoción de un enlace que transporta al usuario al dominio web de la casa de juegos de azar.

Algunos de los canales de
Algunos de los canales de Telegram controlados por 'tipsters' o pronosticadores deportivos. (Captura de pantalla)

Además, las plataformas sociales no solo tienen un rol de divulgación de apuestas, sino que, especialmente Instagram, actúan de ventana al mundo, a través de la que los tipsters presumen de una vida de alta gama, conseguida, supuestamente, gracias a las apuestas en línea. A diferencia de X y Telegram, en la red social afiliada a Meta, se suele conocer la identidad real de estos individuos, lo que convierte la relación con sus seguidores en una más personal y puede hacer ver, erróneamente, a sus adeptos la exitosa vida que les espera, siempre que sigan los mismos pasos. Spoiler: es muy difícil, por no decir imposible, disfrutar de una vida similar, gracias a los beneficios por apuestas deportivas online.

La autoprohibición, una herramienta al alcance de todos

La mera existencia y experiencia de organismos como Asociación Aralar evidencia que hay luz al final del túnel, que un ludópata se puede desintoxicar completamente. En esta institución navarra, se ayuda íntegramente a las personas que acuden, dado que “la ludopatía afecta a todos los planos de la vida: la salud, económico, social, laboral…”, cuenta Teresa Burgui a Infobae España.

La coordinadora de esta entidad, la cual atendió a 105 personas con adicción al juego y sus familias en 2023, comenta que ofrecen una “atención ambulatoria”, en la que hay dos fases: “una primera fase donde se trabaja la conciencia de problema y deshabituación” y la segunda consiste en la “prevención de recaídas, donde también se trabajan aspectos como la autoestima, las emociones, las habilidades sociales o la resolución de conflictos”.

Además del acompañamiento brindado por esta y otras organizaciones similares, hay una herramienta disponible para todos, tanto los jugadores activos que intentan dejar las apuestas, como quienes no han participado en dichas actividades y juegos de azar en su vida. Se trata de la autoprohibición, que consiste en la inscripción voluntaria en un registro que impide el acceso a todos los operadores de juego online, salones de juego y a los juegos de carácter reservado -loterías- que se desarrollan de forma presencial.

Cartel de autoprohibición del Registro
Cartel de autoprohibición del Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ). (Dirección General de Ordenación del Juego)

El Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ) está a cargo de la DGOJ, una inscripción a la que se apuntó un joven con el que ha hablado Infobae España. “Un colega tuvo problemas serios. Aunque yo no apostaba las cantidades que él, revisé mi histórico de ganancias/pérdidas y vi que iba en positivo. Así que, decidí quitarme antes de acabar peor porque sabía que por fuerza de voluntad no iba a poder. Algun día me entraría el vicio y acabaría volviendo, por lo que me apunté para que no hubiera posibilidad”, relata el joven, quien ha preferido conservar su anonimato.

No solo son los jugadores, quienes sufren las consecuencias de esta dura patología, sino que detrás están también sus familias. Estas últimas reciben la noticia “con sorpresa, porque muchas veces no la ven venir”, subraya Teresa Burgui. Por suerte, en Asociación Aralar y en el resto de entidades, se ofrece a las familias “grupos de terapia específicos”. Además, destaca que “la mayoría de las familias se implican en el proceso de rehabilitación. Tener ese acompañamiento se ha demostrado que aumenta las probabilidades de éxito”.

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