La amenaza cuántica es real. Pronto, si es que ese momento no ha llegado ya, los ordenadores cuánticos, aquellos que son capaces de resolver problemas a los que los computadores tradicionales no pueden siquiera enfrentarse, podrán decodificar y romper las claves que utilizan todos los sistemas de comunicación del planeta. Ninguna llamada estará a salvo: desde el videochat entre amigos hasta el intercambio de información sensible al más alto nivel podrán ser víctimas de esta nueva tecnología de la que se servirán los hackers y espías del futuro. No obstante, ante este preocupante escenario, la industria espacial española ha decidido ponerse manos a la obra.
Las empresas Thales Alenia Space e Hispasat han unido fuerzas para materializar la misión QKD-GEO, que implicará el desarrollo de un satélite equipado con un sistema capaz de establecer un contacto seguro. De esta manera, el desarrollo español actuará como un escudo ante cualquier interferencia de naturaleza cuántica que busque escuchar o conocer el contenido de esa comunicación.
“Se trata del viejo santo y seña que se pasaba de boca en boca”, explica a Infobae España Ángel Álvaro, responsable de I+D de Thales Alenia Space, empresa que lidera un consorcio internacional para desarrollar esta tecnología. “Lo que hace nuestro sistema es transmitir una clave secreta a dos usuarios con la garantía absoluta de que nadie más la ha visto y que no ha sido interceptada”, detalla. Gracias a esta certeza, las partes involucradas podrán mandar correos electrónicos, realizar gestiones bancarias o comunicarse de la forma tradicional de manera completamente segura.
Desde Thales, que cuenta con instalaciones en Tres Cantos (Madrid), han señalado que lo que pretenden llevar a cabo no se ha hecho nunca antes y, el hecho de querer ser los primeros, conlleva varios desafíos. Los retos a los que deberá hacer frente la compañía están directamente relacionado con lo que hace único al proyecto: la cantidad de partículas electromagnéticas -denominadas fotones por la física cuántica- que harán posible la comunicación y la distancia desde la que estas serán transmitidas.
“Un bit de información en señal 5G, por ejemplo, viaja codificado en hasta 4.000 fotones por segundo, pero el sistema que hemos diseñado genera 500 millones de fotones en ese tiempo y los manejamos de uno en uno”, precisa Álvaro. Sin embargo, el desafío de los fotones se multiplica si se tiene en cuenta que el satélite tendrá una órbita geoestacionaria, es decir, estará a 36.000 kilómetros sobre la superficie terrestre, desde donde deberá enviar estas partículas a dos estaciones en la Tierra. Hasta ahora, solo los chinos habían probado este tipo de tecnología, pero a altitudes mucho menores.
“Un fotón es feliz en el espacio, pero al entrar en la atmósfera sufre turbulencias, diferencias de presión, de humedad, que distorsionan esa señal que tenemos que recuperar. Todo esto manteniendo la seguridad del sistema”, recalca Álvaro sobre las dificultades que enfrentará el sistema ideado aquí en España.
A prueba de espías
Desde Thales Alenia Space han asegurado que su sistema es inmune a cualquier ataque o intento de interferencia, dado que para diseñar la seguridad del sistema han previsto el peor de los escenarios posibles. “Hemos considerado incluso que el espía podría tener recursos infinitos, es decir, tecnologías que a día de hoy no están disponibles”, explica Álvaro. “Mientras no haya nuevos descubrimientos en en el mundo de la física cuántica, estaremos protegidos contra cualquier futura evolución del espía”.
Otra de las innovaciones que la industria espacial española ha ideado para esta misión radica en el hecho de que este escudo cuántico no precisa un satélite desarrollado ad hoc para soportarlo. “Con Hispasat planeamos integrar este sistema de claves cuánticas en un satélite de telecomunicaciones tradicional”, desvela Álvaro. Si todo sale como está previsto, QKD-GEO podrá ser lanzado comercialmente dentro de cuatro años, en la primera mitad de 2028.