Las vidas de los duques de Sussex, Harry y Meghan Markle, han dado un giro de 180 grados desde que abandonaron sus roles como miembros activos de la familia real británica en enero de 2020. La pareja ha tenido que superar muchos retos legales, financieros y personales, a la vez que han intentado construir una nueva vida en California, lejos de las estrictas normas de la monarquía. Este cambio, que ha marcado un punto de inflexión en sus vidas, también les ha dado otra oportunidad para redefinir su identidad pública y explorar otros proyectos.
Su residencia en Montecito, adquirida por 14,65 millones de dólares, se ha convertido en el epicentro de esta nueva etapa. La propiedad, que combina el lujo moderno con elementos históricos europeos, fue descrita como una ganga porque su anterior propietario, un oligarca, la vendió por debajo del valor de mercado tras una ruptura sentimental. Tal y como ha publicado Vanity Fair, esta mansión no solo les ofrece privacidad, sino que también les sirve como base para Archewell, la organización sin ánimo de lucro y productora de contenido que la pareja fundó para impulsar sus ambiciones filantrópicas.
Una transición compleja hacia la independencia
La salida de los Sussex de la realeza a la vida empresarial ha sido toda una montaña rusa de emociones para ellos. Pasar de ser parte de una institución con más de 1.200 años de historia a convertirse en fundadores de una start-up en el exilio ha sido parte de su proceso de adaptación a su nueva vida. Según personas cercanas a la pareja entrevistadas por el citado medio, este cambio ha puesto a prueba su capacidad para gestionar proyectos y liderar iniciativas en un entorno completamente diferente al que estaban acostumbrados.
A pesar de las dificultades, Harry y Meghan han encontrado diferentes formas de canalizar sus intereses y valores en sus nuevos proyectos. Harry, por ejemplo, está trabajando con organizaciones benéficas que él mismo ha fundado, como la Fundación de los Juegos Invictus y Sentebale, que se centra en la salud mental y el impacto del VIH/SIDA en el sur de África. El príncipe mantiene un fuerte compromiso con estas causas, especialmente con África, un continente que considera significativo en su vida personal y profesional.
Por su parte, Meghan ha liderado iniciativas como 40x40, un proyecto que busca empoderar a mujeres que volvían al mercado laboral tras la pandemia. En esta campaña, la duquesa invitó a 40 figuras públicas, entre ellas Melissa McCarthy y Sophie Grégoire Trudeau, a dedicar 40 minutos de su tiempo a asesorar a mujeres en sesiones virtuales.
Proyectos mediáticos y filantrópicos
La pareja también ha entrado en el mundo del entretenimiento a través de Archewell Productions, que ha producido contenido para plataformas como Netflix. Entre sus proyectos más destacados se encuentran la docuserie Polo, que explora el mundo del jugador de polo y amigo cercano de Harry, Nacho Figueras, y el programa With Love, Meghan, un reality show que combina consejos prácticos con conversaciones íntimas. El estreno de este último ha sido pospuesto del 14 de enero al 4 de marzo debido a los incendios forestales en California.
Además, Meghan anunció en marzo de 2023 el lanzamiento de American Riviera Orchard, una línea de productos para el hogar que marca su incursión en el ámbito empresarial. También se espera un segundo pódcast de la duquesa, aunque aún no se han revelado detalles sobre su temática o título.
Contratos millonarios y controversias
El interés mediático en los Sussex ha sido constante desde su salida de la familia real. La pareja firmó acuerdos lucrativos, como un contrato de 20 millones de dólares con Penguin Random House para la publicación de las memorias de Harry, Spare, y una asociación con Netflix valorada inicialmente en 100 millones de dólares, aunque un representante de la plataforma negó esta cifra. Por ejemplo, el pódcast Arquetipos de Meghan, producido en colaboración con Spotify, no tuvo continuidad más allá de su primera temporada.
Aunque la pareja ha intentado construir un discurso propio alejado del de la familia real británica, su atractivo mediático sigue ligado a su pasado en la realeza y a las controversias que rodearon su salida. Un antiguo empleado de Spotify ha comentado que “de lo que escapas es de la razón por la que eres convincente”, refiriéndose a cómo su conexión con la monarquía sigue siendo un punto central en su historia pública.
Una visión optimista frente a los desafíos
A pesar de las críticas y los obstáculos, quienes han trabajado con los Sussex han destacado su optimismo y su dese de generar un impacto positivo. La productora Jane Marie, quien colaboró con ellos en proyectos de audio, ha afirmado que la pareja mantiene una visión esperanzadora sobre lo que es posible lograr a través de la narración y las buenas obras.
Sin embargo, la pareja también se enfrenta a muchas incógnitas sobre su identidad y propósito más allá de su vínculo con la realeza. Una persona cercana a ellos ha comentado que, aunque los aprecia, no tiene claro cuáles son los intereses de Harry más allá del polo, lo que refleja la complejidad de su transición hacia una vida independiente.
Cinco años después de la llamada Cumbre de Sandringham, donde se definieron los términos de su salida de la familia real, los duques de Sussex continúan explorando su lugar en el mundo. Su historia es un ejemplo de cómo las oportunidades y los desafíos pueden coexistir en un proceso de reinvención personal y profesional. Mientras Harry y Meghan trabajan para consolidar su vida y su futuro en California, su experiencia sigue siendo objeto de atención global, tanto por sus logros como por las preguntas que aún quedan por responder.