El pasado sábado 11 de enero, la princesa de Asturias Leonor se embarcó en el buque Juan Sebastián Elcano, rumbo a una travesía que durará casi seis meses. El acontecimiento, tan importante para la formación militar de la heredera de la Corona de España, ha vuelto a traer al presente las imágenes del rey Felipe VI durante este mismo crucero de instrucción, en 1987, hace ya casi cuatro décadas.
Un año después, el buque escuela, cuya historia se remonta 100 años atrás, también tuvo una protagonista destacada: Belén Rivero, la primera mujer española en ingresar en la Armada, en 1988. Este paso marcó el camino de centenares de mujeres que querían hacer carrera militar, pero en las que la sociedad aún ponía una enorme lupa.
Por primera vez en la historia naval española, una mujer se atavió con el uniforme: una chaqueta, una falda blanca y el emblema de la Cruz de Malta, que identifica a los sanitarios desde el siglo XII, sobre el hombro. En febrero de 1988, gracias a un real decreto, las mujeres pudieron empezar a formar parte del ejército, pero aun con muchas limitaciones, por lo que Rivero ingresó en la sección de Sanidad, una de las pocas a los que podían aspirar.
Pese a que su inclusión permitió al Ejército hacer bandera de la modernización en materia de igualdad del país, la sociedad puso el foco sobre estas primeras mujeres que se atrevieron a dar el paso en un mundo hasta ahora vetado para ellas. Se les pidió que no utilizasen el uniforme fuera de los recintos castrenses para evitar altercados o situaciones incómodas. Rivero se llevó una de las peores partes, ya que todos sus movimientos y apariciones públicas pasaron por el “juicio popular”: “No tengo ninguna condición especial, soy uno más”, repetía en las entrevistas que le hicieron en la época. Y, pese a ser “uno más”, se convirtió en el centro de todas las miradas.
Belén Rivero marcó un nuevo hito cuando se convirtió en la primera mujer en graduarse como oficial de la Armada Española. En 1989, en el mismo acto en el que el entonces príncipe de Asturias recibió el título de manos de su abuelo, Rivero obtuvo su despacho oficial en la Academia Naval Militar de Marín, en Pontevedra.
En la actualidad, no existen distinción de cuerpos ni escalas entre hombres y mujeres. Fue en el año 2000 cuando las mujeres pudieron empezar a ingresar en el ejército sin limitaciones, lo que permitió que a día de hoy superen el 12 % del total de la plantilla, una cifra aún demasiado baja, pero que sitúa al Estado español como uno de los primeros de Occidente en porcentaje de mujeres militares. Además, actualmente también pueden localizarse mujeres en la escala de suboficiales y oficiales.
Belén Rivero en la actualidad
Tras sacarse la carrera de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, Belén Rivero se especializó en Neurocirugía y trabajó en el Hospital Central de la Defensa. A día de hoy, solo quedan 800 de los 3.000 centros hospitalarios militares que existían hace años, por lo que Rivero dejó su trabajo en el centro.
Desde 2018. Rivero es jefa del Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario Niño Jesús y es catalogada como una de las mejores especialistas en su disciplina.