Nochevieja es motivo de celebración. Aunque para algunos no cambie nada, van a estar igual el 1 de enero que el 31, para la mayoría, la última noche del año sirve para cerrar un capítulo, para dejar atrás todo lo sucedido durante los anteriores 365 días, hacer un reset y empezar de cero. Con eso en mente, son habituales las fiestas con amigos y familias para cerrar el año y comenzar el siguiente rodeado de seres queridos.
En 2020, un grupo de amigos de Monbazillac, en el departamento francés de Dordoña, quiso darle una vuelta a la última noche del año y hacerla todavía más especial organizando una fiesta temática. El motivo era Peaky Blinders, la famosa serie conocida por su ambientación en los años 1920 y, por lo tanto, el uso de vestimenta y accesorios característicos de la época. Sin embargo, lo que tenía que ser una velada de celebración y alegría se convirtió en una tragedia.
Thibaut, uno de los integrantes del grupo de amigos, que en ese momento tenía 27 años, decidió completar su disfraz con dos fusiles que tomó prestados de su padre, cazador. Antes de acudir a la fiesta, junto a su padre, revisaron las armas para asegurarse que no estaban cargadas y que no suponían ningún peligro para los presentes en la fiesta. A pesar de ello, no detectaron que todavía había dos cartuchos atascados en el tubo de uno de los fusiles.
Más tarde esa noche, ya en la fiesta, Thibaut se estaba haciendo fotos con su amigo Thomas, también de 27 años, con los fusiles como parte de la recreación temática de la noche. En ese instante, uno de los fusiles se disparó accidentalmente y la bala impacto contra el tórax de Thomas, causando inmediatamente la muerte del joven.
Condenado a tres años de prisión
El juicio por el incidente llegó a los tribunales el pasado 21 de enero, cuatro años después de que ocurriera. La sentencia final dictaminó que Thibaut era responsable de la muerte accidental de su mejor amigo de la infancia, Thomas, durante una fiesta de Año Nuevo en 2020. Así, con 31 años, el acusado fue condenado a tres años de prisión con suspensión de pena, por lo que no tuvo que ingresar a la cárcel, y, además, se le prohibió llevar armas durante un periodo de 5 años.
Durante la audiencia celebrada en diciembre, el padre de la víctima expresó su incomprensión ante lo sucedido. Según explicaba el medio francés Sud Ouest, el hombre cuestionó cómo era posible que el padre de Thibaut, siendo un cazador experimentado, no hubiera detectado la presencia de los cartuchos en las armas. Este detalle se convirtió en un punto central del caso, ya que suponía una falta de precaución en la manipulación de los fusiles.
El abogado de la familia de Thomas señaló que sus representados no esperaban mucho de la justicia, dado que ninguna sentencia podría reparar la pérdida de su hijo. “No hay palabras en la lengua francesa para describir lo que significa perder a un hijo”, expresó el letrado, según recogió el medio francés Ici Périgord.