Cuántas veces se puede rellenar una botella de plástico

¿Cuántas veces has rellenado una botella de plástico porque te daba pereza tirarla? Esto es una práctica común y extendida entre los ciudadanos. Estos recipientes están diseñados para utilizarlos sólo una vez y después reciclarlos, lo que plantea dudas sobre su seguridad al reutilizarlos con asiduidad, tal y como se recoge en la página web de Control del Agua.

Las botellas de plástico pueden reutilizarse de forma segura si se toman ciertas precauciones. Ana Troncoso, catedrática de Nutrición y Bromatología, asegura que “en términos generales, no hay problemas de seguridad para la salud al reutilizar las botellas de agua”. Sin embargo, es esencial considerar los riesgos de contaminación bacteriana y migración de sustancias químicas como el Bisfenol A (BPA).

El BPA es una sustancia presente en algunos plásticos utilizados en envases y otros objetos cotidianos. Aunque su transferencia a alimentos o bebidas es posible, la cantidad liberada es mínima y no representa un peligro significativo para la salud. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el límite tolerable es de 4 microgramos por kilogramo de peso corporal al día. En promedio, la migración de BPA desde las botellas de plástico es mucho menor, lo que las hace seguras bajo un uso razonable.

Aun así, la tendencia es eliminar el BPA de los recipientes para alimentos. Hoy día, muchas botellas de plástico no contienen esta sustancia, lo que reduce el riesgo asociado.

El mayor peligro al reutilizar botellas de plástico proviene de las bacterias. Su diseño para un único uso hace que, al reutilizarlas, puedan aparecer grietas o fisuras donde se alojan microorganismos. Además, si no se lavan adecuadamente, los restos de saliva, el contacto con las manos o la exposición al sol pueden propiciar el crecimiento bacteriano, aumentando el riesgo de enfermedades.

Para minimizar este riesgo, es fundamental limpiar los envases con agua caliente y jabón después de cada uso y evitar exponerlas a temperaturas extremas. Si aparecen daños visibles, lo mejor es desecharlas.

Aunque no hay un número exacto que determine el límite seguro, los expertos recomiendan no reutilizar una botella más de dos veces. Esto reduce el riesgo de contaminación bacteriana y asegura que el envase mantenga su integridad estructural. Un uso prolongado aumenta el número de posibilidades de contagio de bacterias. Las propias empresas de envasado indican en los recipientes que no se deben reutilizar para prevenir que se le pueda añadir algún producto tóxico a la bebida y que les acaben demandando de fraude por un mal empleo.

Los envases PET (las siglas de polietileno tereftalato) son una buena alternativa. Este material es un tipo de plástico, que puede ser rígido o semirrígido, y destaca por su alta resistencia a los impactos, lo que lo convierte en un aliado ideal para preservar líquidos y alimentos en óptimas condiciones. Están fabricados para contener agua, ya que sus propiedades garantizan la pureza del contenido desde el momento del envasado hasta su consumo. Además, el PET es completamente reciclable, lo que, junto con su ligereza, lo posiciona como una opción práctica.