Sin tener demasiados conocimientos jurídicos, es habitual usar las palabras denuncia y demanda indistintamente, como si ambas se refirieran a lo mismo. Sin embargo, se trata de conceptos jurídicos totalmente diferentes, aunque sí que comparten algo y es que tanto una como la otra pueden dar inicio a un procedimiento judicial.
Cuando hablamos de demanda, nos referimos a una acción legal dentro del ámbito civil cuyo concepto se encuentra recogido en el artículo 399 de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC). Por su lado, la denuncia hace referencia al ámbito penal y su regulación jurídica se encuentra del artículo 259 al artículo 269 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim).
Para entenderlo mejor, una demanda se puede definir como una acción legal que una persona (demandante) interpone ante un juez o tribunal en busca de una resolución jurídica, normalmente para obtener una reparación de daños, cumplimiento contractual, reconocimiento de derechos o resolución de conflictos entre partes. La demanda implica un juicio civil o mercantil, y el demandado tiene derecho a defenderse durante el proceso.
Por su parte, la denuncia es el acto de informar a las autoridades competentes, como la policía o el ministerio público, sobre un hecho que puede ser considerado delito. La denuncia no requiere la intervención directa de un juez al inicio, ya que el objetivo principal es que las autoridades investiguen el hecho denunciado. No necesariamente implica un proceso judicial, pero puede derivar en uno si se comprueba el delito. Además, la denuncia no implica que el denunciante sea la víctima, por lo que cualquier persona que sea conocedora de un delito puede interponer una denuncia.
Cómo presentar una demanda y una denuncia
Por la propia naturalidad de la denuncia, esta puede presentarse de manera sencilla. Bien de forma oral o bien por escrito, solo hace falta presentar los hechos delictivos frente cualquier autoridad policial o jurídica para darlos a conocer y dar paso a la pertinente investigación. En caso de ser una denuncia oral, serán las autoridades quien deberán redactarla y pedir a la persona denunciante que la firme.
Para presentar la denuncia, es de ayuda recopilar detalles sobre lo ocurrido, como fechas, lugares, descripción de los hechos, identidades de posibles involucrados o alguna prueba disponible (fotografías, correos electrónicos, etc.). A diferencia de esta, la demanda requiere un procedimiento un poco más complejo con una serie de requisitos formales que se recogen en la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Para presentar una demanda, primero hay que determinar si se trata de un proceso civil, mercantil, laboral, familiar, etc. para acudir al tribunal adecuado. Además, es necesario identificar las partes implicadas, es decir, la parte acusada y la víctima (demandado y demandante); los hechos en los que se fundamenta la misma; pretensiones o qué se solicita al juez, por ejemplo, reparación de daños, cumplimiento de contrato, etc.; y la acción que se ejercita. Asimismo, debe ir acompañada de la documentación perteneciente con pruebas que respalden el caso.
Es importante en ambos casos pedir asesoramiento legal con el fin de garantizar que el proceso sea correctamente llevado a cabo.