La tecnología ha llegado a los controles de alcoholemia en las carreteras españolas. Es frecuente que cualquier conductor con miles de kilómetros a sus espaldas haya sido sometido, alguna vez, a la clásica prueba de soplar el alcoholímetro o etilómetro, un aparato utilizado por los agentes de tráfico de la Guardia Civil que sirve para medir el nivel de alcohol en sangre del conductor detenido.
Ahora, en determinadas situaciones, los conductores no tendrán que presumir de capacidad pulmonar ni asfixiarse en el intento, debido al uso del nuevo detector que la Benemérita ha comenzado a emplear en los controles de alcoholemia.
Seguirá habiendo dos pruebas
El nuevo aparato, destinado a las unidades policiales encargadas de vigilar el tráfico, se trata de un etilómetro de aproximación. Como su propio nombre indica, el resultado proporcionado no es más que una aproximación, aunque la respuesta es totalmente válida, según la explicación de un Guardia Civil en el perfil de TikTok de Bernardo Hernández, periodista especializado en divulgación de seguridad vial.
“Simplemente con que vaya hablando, nos vaya comentando su edad, su nombre y sus apellidos, la máquina nos da un resultado”, anotó el agente del Instituto armado. Para verificar sus palabras, el Guardia Civil se autorrealizó una prueba y la misma reveló un resultado de 0,0.
Además, dado que el etilómetro de aproximación muestra una estimación en el nivel de alcohol en sangre, es necesario que el conductor se someta a una segunda prueba con un alcoholímetro tradicional -con la boquilla y la bocanada de aire- o mediante un análisis de sangre. “En el caso de que la persona dé cero, terminaríamos el proceso. Si la persona da positivo, iniciaríamos otro tipo de trámite”, concluyó el miembro de la Benemérita.
También, si la persona se niega a someterse a la prueba del etilómetro de aproximación o cualquier otro trámite, habría que “dar cuenta a la autoridad judicial”.
En qué situaciones se utilizará el nuevo aparato
Si se va a seguir utilizando el alcoholímetro tradicional como primer test y, en ocasiones, como prueba verificativa, uno puede pensar que el uso del etilómetro de aproximación es innecesario.
Pero, el mismo guardia civil que aparece en el vídeo publicado en TikTok, explica cuáles son las dos situaciones concretas en que este se empleará. La primera de ellas tendría lugar en un control rutinario, cuando la persona examinada manifiesta un problema médico que le impide soplar la boquilla del alcoholímetro tradicional. En este sentido, las personas diagnosticadas con asma no están obligadas a soplar, pero deben someterse a otro tipo de pruebas ajustadas a su condición de salud.
La otra situación puede venir dada tras un accidente de tráfico, momento en el que las autoridades policiales deben comprobar el nivel de alcohol de las personas involucradas en el siniestro vial. De este modo, si una de las personas accidentadas se encuentra en una camilla y no puede o le cuesta soplar, “aproximándonos un poco a ella, la máquina da un resultado”, indica el agente de la Guardia Civil.
Así que, para evitar cualquier problema penal, sanción económica o pérdida de puntos del carnet de conducir, la mejor noticia es que en la pantalla del alcoholímetro tradicional o del etilómetro de aproximación, se muestre un cero.