Olvidar dónde se ha aparcado el coche es un desafío al que tendrás que enfrentarte en algún momento de tu vida. Si al lector no le ha ocurrido antes, debe saber que esta situación puede generarle frustración, especialmente si ha ocurrido en grandes ciudades o estacionamientos extensos. Los teléfonos móviles suelen ser herramientas útiles para resolver este tipo de problemas, pero a veces la tecnología simplemente falla o no está disponible.
Pero que no cunda el pánico. No eres la primera persona en haber ‘perdido’ su coche. Este problema ya existía desde antes de la llegada de los teléfonos móviles y la geolocalización. En muchas situaciones similares los métodos tradicionales son los que mejor funcionan y entre ellos está el infalible sentido de la orientación. Al estacionar, identifica puntos de referencia cerca del coche, como carteles, números de fila, árboles o edificios. Tomar nota mental de estos puntos puede ayudarte a orientarte rápidamente.
También puedes solicitar ayuda al personal del lugar. En centros comerciales o estacionamientos públicos, el personal de seguridad o administración puede tener acceso a cámaras de seguridad o mapas del lugar que faciliten la búsqueda.
El tique de aparcamiento también pueden aportarte información útil. Si estacionaste en un parking con control de acceso, revisa el tique de entrada. A menudo incluyen información sobre la ubicación exacta del coche.
Si no dispones de mucha información, siempre te quedará la opción menos ortodoxa: recorrer sistemáticamente los alrededores de tu coche. Divide mentalmente el espacio en secciones y recórrelas de manera ordenada. Aunque puede tomar tiempo, esta estrategia minimiza el riesgo de pasar por alto el vehículo.
Alternativas tecnológicas
Aunque se nos haya olvidado apuntar la localización en el móvil, existen otras alternativas tecnológicas. Algunas vienen instaladas en los coches más modernos, como los sistemas de navegación del vehículo integrados que registran la última ubicación conocida del vehículo. Además, algunas llaves tienen localizador integrado. Muchas llaves de coche modernas cuentan con botones para activar luces o sonidos en el vehículo, facilitando su ubicación.
También se puede optar por dispositivos GPS independientes. Instalar un rastreador GPS en el coche permite localizarlo mediante aplicaciones desde otros dispositivos, como tabletas u ordenadores.
Cómo evitar este problema en el futuro
El ser humano es conocido por tropezar con la misma piedra dos veces. Por eso lo más seguro es que tengas que enfrentarte a esta situación de nuevo. Antes de aparcar, haz uso de aplicaciones de localización automática. Servicios como Google Maps o Apple Maps permiten guardar manualmente la ubicación del coche al estacionar. Si tienes acceso a tu móvil, esto puede ahorrarte tiempo.
Haz fotos al entorno cuando aparques. Tomar una fotografía del lugar donde estacionaste, incluyendo puntos de referencia o números de fila, es una solución práctica y efectiva.
Adquiere accesorios de localización. Dispositivos como etiquetas Bluetooth pueden colocarse en el coche. Estos accesorios, que apenas cuestan entre cinco y diez euros, se sincronizan con aplicaciones y te permiten rastrear la ubicación del vehículo con precisión.
Estaciona siempre en el mismo lugar. Si utilizas con frecuencia los mismos aparcamientos, intenta elegir ubicaciones similares o memorables, como las cercanas a salidas o ascensores.