En el Hospital Infantil Bambino Gesu de Roma, en Italia, se ha podido presenciar hace poco una celebración especial. Una niña de 8 años, recién operada de un raro tumor que había crecido en su interior hasta alcanzar diez veces el tamaño de su riñón y que se había comenzado a expandir a otros órganos, ha logrado sobrevivir gracias a una operación pocas veces vista. Celebraban, la joven paciente, su familia y los trabajadores sanitarios, su octavo cumpleaños, pero también que su evolución, tras salir del quirófano, ha sido muy positiva.
El tumor en cuestión era un nefroblastoma, también llamado tumor de Wilms, que había producido un crecimiento descontrolado de las células y los tejidos en el riñón de la pequeña, hasta el punto de que el peso de este neoplasma alcanzaba el kilogramo y medio de peso. Desde medios especializados del país especializados en asuntos médicos, explican que, si bien este tipo de enfermedades suponen la mayoría de casos en los tumores de riñón que desarrollan los más pequeños, en realidad, este tipo de cáncer solo se da en 8 casos por cada millón de niños en el país alpino.
Un tumor rarísimo
El caso de la niña operada iba más allá, porque el tumor había crecido tanto que se había expandido también a la aurícula derecha de su corazón a través de un trombo tumoral, es decir, una extensión del tumor que, a través de una vena renal, había alcanzado otro órgano vital, algo que solo ocurre en un porcentaje de entre el 4 y el 10% de los casos de nefroblastoma. Por ello, cuando los médicos decidieron operarla, primero esperaron a que la pequeña realizara seis ciclos de quimioterapia, de cara a que el tumor perdiera masa.
De forma paralela, los doctores realizaron una serie de pruebas empleando todos los recursos tecnológicos del hospital, por ejemplo, con el procesamiento de imágenes 3D del interior de la paciente. Cuando tuvieron todos los datos, procedieron con la intervención, que se prolongó durante más de 9 horas. Contaron, así, con dos equipos de cirujanos especializados en las dos amas. Por un lado, los doctores Chiara Grimaldi y Alessandro Crocoli, le extirparon uno de sus riñones a la pequeña. En cuanto terminaron, llegó el turno de los cardiocirujanos, Lorezo Galletti y Gianluca Brancaccio.
En esta fase de la operación, fue necesario provocarle a la niña un paro cardíaco de cara a que, con la ayuda de un sistema de circulación extracorpórea. De este modo, un aparato bombeaba la sangre por ella mientras los médicos eliminaban los residuos tumorales en el corazón. Todo este procedimiento ha concluido en un éxito rotundo, del que los doctores han asegurado que el factor fundamental ha sido trabajar con una precisión milimétrica y con tecnología puntera en el campo de la medicina.
Un hito en la cirugía, pero queda trabajo por hacer
“Esta operación representa un logro extraordinario en la cirugía oncológica pediátrica. Extirpar un tumor de este tamaño, tan invasivo, solo fue posible gracias a una planificación quirúrgica extremadamente precisa y a la colaboración de un equipo multidisciplinario altamente especializado”, celebra el doctor Alessandro Crócoli, jefe de cirugía pediátrica.
Sobre la operación se ha pronunciado también Lorenzo Galleti, cardiocirujano responsable de la intervención. “La extirpación de la masa tumoral que invadió el corazón requirió un paro cardíaco y el uso de circulación extracorpórea, procedimientos complejos que requieren la máxima coordinación”. Es por eso que Galletti subraya el hecho de que, “combinando conocimientos avanzados y tecnología punta, podemos abordar incluso los casos más difíciles, devolviendo la esperanza a nuestros jóvenes pacientes”. Con todo, la niña deberá aún someterse a varias sesiones de quimioterapia y radioterapia.