Sandra González es una creadora de contenido muy popular en Tiktok con más de 63.000 seguidores. Hace menos de una semana publicó un vídeo que se hizo viral al instante (más de 8,5 millones de visualizaciones) compartiendo el resultado de una de las operaciones estéticas que había decidido hacerse a temprana edad.
“Esto no es un filtro. Si tenéis pensado haceros algún retoque, aseguraos de que sea una clínica decente”, ha comenzado contando a sus seguidores. La joven relata que a los 18 años decidió someterse a un aumento de labios. “Empecé a trabajar, me vi con dinero y no tenía complejos. Vi que las guapas estaban más guapas y dije, pues allí que voy”, ha explicado.
No obstante, Sandra no quedó contenta con el resultado, momento en el cual comenzó su calvario. “La clínica desapareció, algo rarete”, ha subrayado Sandra en el vídeo. Ahora la influencer tiene 23, y tras múltiples intentos de corregir su primera intervención, llegó a la conclusión que la única manera era retirar todo lo que se había inyectado.
No obstante, perece que sus seguidores no captaron la idea del mensaje principal. “Creo que hay gente que no ha escuchado el vídeo”, ha indicado Sandra en una segunda publicación pretendiendo aclarar la situación. “El resultado de lo de ayer no es que yo me pinchara para ponerme labios. Yo ayer me lo quería disolver”, ha recalcado la influencer.
“La clínica no tiene nada que ver, de hecho, me dio la vida”. El vídeo de ayer era para comunicar a sus seguidores que por fin había conseguido restaurar su labio superior. “Lo de ayer no fue una reacción alérgica”, ha señalado, “Fue un fallo mío porque fue lo primero que pensé”, ha declarado Sandra.
De todos modos, la entrenadora personal “volvió a la clínica y la dieron corticoides”, aunque al final no se los tomó porque el labio comenzó a deshincarse. Tan solo se debió a una reacción natural de su cuerpo. Si hubiese sido alérgica, “le habría empezado a picar todo el cuerpo y se habría quedado sin respiración”, ha justificado.
Ahora, Sandra ha reaparecido en las redes con una apariencia habitual, aunque admite que aún le quedan secuelas: “Tengo todo esto verde”, ha dicho señalándose la parte del bigote. Afortunadamente, se puede apreciar como ya no tiene el labio deshinchado, pero de color morado. “No es para tanto. Me lo tomo con humor. Por culpa de no haberme informado con 18 años fui a la primera clínica que vi. Por eso a los 23 años lo estoy arreglando”, ha querido calmar a sus seguidores.
La moda de las microoperaciones estéticas
El ácido hialurónico es una sustancia presente de forma natural en el organismo. También es utilizada frecuentemente en medicina estética por su capacidad para retener agua y aportar volumen. Eso sí, su aplicación en lugares no regulados o por personal no cualificado pueden derivar en altos riesgos para la salud, como infecciones, reacciones alérgicas o deformidades.
Los pinchazos de ácido hialurónico han pasado de ser un intento milagroso a ser una gran moda entre las jóvenes de nuestro país, especialmente impulsada por la presión estética que sufren las mujeres, sobre todo, a través de redes sociales.
Con la edad, el organismo reduce su producción, dando paso a la aparición de arrugas, flacidez y otros signos visibles del envejecimiento. Los rellenos de ácido son, junto al bótox, los tratamientos más populares de las consultas médico-estéticas.