A finales de los años 90, el programa Caiga quien Caiga se convirtió en un emblema de la televisión española, dejando una marca imborrable en el entretenimiento del país. Entre los rostros que alcanzaron la fama gracias a este espacio, se encuentra Juanjo de la Iglesia, quien formó parte del éxito junto al Gran Wyoming y Javier Martín. Su particular estilo y humor crítico lo convirtieron en un referente de la época, especialmente por su recordada sección ‘Curso de ética periodística’, que anticipó el fenómeno de las fake news mucho antes de que el término se popularizara entre la sociedad.
Tras la cancelación del programa en 2002, el madrileño de 65 años diversificó su carrera trabajando como guionista, actor, monologuista y colaborador en radio. Aunque se mantuvo alejado de los focos televisivos durante un tiempo, logró reinventarse en 2018 con un nuevo reto: convertirse en el presentador de Q12, una aplicación de concursos interactivos que se transformó en un verdadero fenómeno de masas.
El resurgir de Juanjo de la Iglesia con Q12
Q12 irrumpió en el panorama digital con una propuesta sencilla pero revolucionaria: un concurso de preguntas y respuestas en directo al que los usuarios podían acceder desde sus teléfonos móviles. Cada noche, a las 22:00 horas, miles de jugadores se conectaban para responder a las preguntas planteadas por Juanjo de la Iglesia y competir por premios en efectivo que podían alcanzar los 2.000 euros.
El éxito de la app fue inmediato, logrando reunir hasta 140.000 participantes en sus mejores momentos. Con su carisma y experiencia como presentador, Juanjo de la Iglesia se convirtió en el alma del concurso, logrando conectar con audiencias de todas las edades y demostrando que la televisión interactiva podía adaptarse a las nuevas tecnologías. Sin embargo, el meteórico ascenso de Q12 también estuvo marcado por la controversia.
El modelo de negocio de Q12 comenzó a mostrar grietas con el tiempo. A medida que la popularidad de la app creció, también lo hicieron las críticas de algunos usuarios, quienes denunciaron demoras e incluso impagos en los premios prometidos. Estas acusaciones afectaron la reputación de la plataforma, y aunque Juanjo de la Iglesia siempre se mostró profesional en su papel como presentador, las decisiones de los responsables de la app lo situaron en el centro de la polémica.
El declive de Q12 se hizo evidente hacia finales de 2019, cuando la empresa anunció una supuesta actualización que nunca se materializó. La aplicación dejó de funcionar sin previo aviso, dejando a miles de usuarios sin respuestas sobre lo ocurrido y cerrando así una etapa que había marcado un antes y un después en los concursos digitales en España. Pese a ello, Juanjo de la Iglesia logró desvincularse de las críticas más severas, reforzando su imagen como un comunicador versátil y resiliente.
Una carrera marcada por la reinvención
Lejos de verse afectado por el cierre de Q12, Juanjo de la Iglesia ha continuado explorando nuevas facetas profesionales. Actualmente, colabora en el programa de radio La Brújula de Onda Cero, donde aporta su particular visión del mundo con humor y una dosis de crítica de forma semanal. Además, volvió a los escenarios con Crónicas del más (o menos) allá, un espectáculo de monólogos que mezcla magia, terror y comedia, abriendo así un camino a los temas paranormales desde una óptica humorística.
En una entrevista con 20 minutos en 2023 se sinceró sobre su opinión respecto a lo sobrenatural y el escepticismo que le generan ciertos fenómenos. “Admito que hay algunos videntes, por ejemplo, que me despiertan cierta ternura, porque son una especie de buscavidas, pero normalmente suelen abusar de la buena fe de los demás para sacarles los cuartos. Me da pena y mucho coraje, porque siempre se abusa de las personas con necesidad o ignorancia.”, criticó.
Un legado televisivo que perdura
Aunque la pequeña pantalla ha cambiado mucho desde los tiempos de Caiga quien Caiga, el impacto de programas como este sigue vigente. Y, aunque Juanjo de la Iglesia consideraba que formatos como el de CQC serían difíciles de replicar en la actualidad debido al nivel de autocensura y polarización que existe en los medios: “Antes hacíamos titulares exagerados para reírnos, pero ahora esos titulares ya son reales. Es difícil superar lo que vivimos”, ha vuelto a nuestras pantallas este 2025.
El pasado domingo, 19 de enero, volvieron los trajes negros, las gafas de sol y las preguntas incómodas. Santi Millán cogió el timón de un programa que consiguió un 9% de cuota de pantalla y 1.128.000 espectadores, gracias a reporteros como Lorena Castell, Pablo González Batista y Carles Tamallo, entre otros.