La disminución de la natalidad se ha convertido en una preocupación creciente en varias regiones de Europa, especialmente rurales. Son muchos los pueblos de diferentes países que toman iniciativas para revertir esta situación, que pone en peligro el equilibrio demográfico y el futuro de los pequeños municipios. Frente a este panorama, algunas localidades han comenzado a implementar medidas más originales para incentivar a las familias a tener hijos, como en Gouesnach. El alcalde de este pequeño pueblo, ubicado en el departamento de Finisterre, en Francia, ha presentado una iniciativa peculiar: regalar un lingote de oro a las familias por cada bebé nacido en la localidad.
Según el medio Ouest-France, la medida fue anunciada el sábado 18 de enero durante la tradicional ceremonia de buenos deseos, donde el alcalde Jean-Pierre Marc manifestó su inquietud por el descenso de nacimientos en el municipio. “Seis nacimientos menos: esto no va nada bien. Tenemos que actuar”, afirmó. La propuesta de entregar un lingote de oro ha generado tanto sorpresa como debate, no solo entre los habitantes del municipio, sino también en el ámbito nacional, donde se discute la viabilidad y efectividad de iniciativas tan poco convencionales para estimular el crecimiento demográfico.
El alcalde explicó que la elección del oro no es casual. Según detalló el medio ya citado, este metal precioso ha sido históricamente un símbolo de riqueza y prosperidad, utilizado en diversas culturas para marcar eventos importantes como nacimientos o bautizos. En el pasado, regalar oro en estas ocasiones era considerado un gesto de buena suerte y un augurio de éxito para el recién nacido. Con esta tradición en mente, el alcalde busca recuperar ese simbolismo para motivar a las familias a tener más hijos.
Antes de esta propuesta, el regalo habitual del municipio para los recién nacidos era un peluche. Sin embargo, el equipo municipal consideró que un lingote de oro no solo tendría un mayor impacto simbólico, sino que también podría ser un incentivo económico significativo para las familias. La medida aún está en discusión, ya que requiere la aprobación de las autoridades locales, incluidas la adjunta a la infancia y la adjunta a las finanzas, quienes han mostrado posturas divergentes respecto a la viabilidad de la misma.
Debate sobre los recursos municipales
La propuesta del alcalde ha generado opiniones divididas entre los habitantes de Gouesnach y en las redes sociales. Mientras algunos consideran que la iniciativa es una forma innovadora de abordar el problema de la natalidad, otros cuestionan el uso de los recursos municipales para financiar este tipo de incentivos. Según relató Ouest-France, la adjunta a las finanzas ha expresado dudas sobre la iniciativa, argumentando que podría representar un impacto económico considerable para el presupuesto local.
En las plataformas digitales, la medida también ha suscitado críticas. Algunos comentarios califican la propuesta como un ejemplo de “generosidad”, mientras que otros la consideran “una vergüenza” y cuestionan su sostenibilidad a largo plazo.
La preocupación del alcalde de Gouesnach no es un caso aislado. En los últimos años, Francia ha experimentado una disminución en su tasa de natalidad, un fenómeno que afecta especialmente a las pequeñas localidades rurales como esta. Según datos nacionales, el envejecimiento de la población y la migración hacia las grandes ciudades han contribuido a la reducción del número de nacimientos en muchas comunidades.