El sarro, también conocido como cálculo dental, es una acumulación endurecida de placa bacteriana que se adhiere a los dientes y debajo de la línea de las encías. Este problema surge cuando la placa, una película pegajosa compuesta por bacterias, se calcifica debido a los minerales presentes en la saliva, conforme detalla la web de la cínica dental del doctor José Luis Cano Rueda. Su presencia no solo afecta la estética dental, sino que también puede derivar en problemas de salud bucal más graves, como caries, mal aliento y enfermedades periodontales.
El sarro no solo facilita la acumulación de más placa bacteriana, sino que también actúa como un depósito para residuos alimenticios y bacterias, creando un ciclo continuo de acumulación. Este proceso puede iniciarse en un periodo de 24 a 72 horas si no se eliminan adecuadamente los restos de placa mediante una higiene bucal adecuada. Además, su superficie rugosa dificulta la limpieza de los dientes, lo que incrementa el riesgo de caries y otros problemas bucales.
Cómo evitar la formación del sarro
La acumulación de sarro está directamente relacionada con diversos factores, siendo la mala higiene bucal uno de los principales. No cepillarse los dientes de manera regular o hacerlo de forma ineficaz permite que la placa bacteriana se acumule y se endurezca. Asimismo, el uso insuficiente de hilo dental contribuye a que se formen depósitos de sarro en áreas de difícil acceso, como los espacios entre los dientes y debajo de las encías.
Otro factor importante es una dieta rica en azúcares y almidones, ya que estos alimentos son una fuente primaria de nutrientes para las bacterias presentes en la boca. Según el texto, productos como refrescos, dulces y pan pueden acelerar la formación de placa, que, si no se elimina, se convierte rápidamente en sarro. Además, la composición de la saliva también juega un papel crucial. Algunas personas tienen una saliva más rica en minerales, lo que facilita la calcificación de la placa. Por eso, mantener una dieta equilibrada es clave para prevenir. En este sentido, desde la web de la clínica bucodental recomiendan incorporar alimentos ricos en calcio y fósforo, como productos lácteos, y alimentos crujientes como frutas y verduras, que pueden contribuir a mantener los dientes limpios y fuertes.
El tabaquismo y el uso de productos con tabaco también son factores de riesgo significativos. No solo mancha los dientes, sino que también promueve la acumulación de placa y sarro. Además, fumar reduce el flujo de saliva, lo que agrava aún más la situación y aumenta el riesgo de enfermedades bucales.
Desde la cínica también recomiendan acudir al menos dos veces al año para una limpieza profesional, donde el sarro será eliminado con instrumentos especializados. Estas visitas también permiten detectar a tiempo cualquier signo de enfermedad de las encías u otros problemas dentales relacionados con la acumulación de sarro.
Cómo se elimina el sarro ya formado
Una vez que el sarro se ha formado, no puede eliminarse mediante el cepillado o el uso de hilo dental en casa. Según el artículo de la cínica, es necesario acudir a un dentista para una limpieza profesional, también conocida como profilaxis dental. Durante este procedimiento, el dentista o higienista dental utiliza herramientas especializadas, como escaladores ultrasónicos y curetas, para eliminar el sarro tanto de la superficie de los dientes como de debajo de la línea de las encías.
En casos más avanzados, donde el sarro ha provocado enfermedad periodontal, puede ser necesario un tratamiento más profundo llamado raspado y alisado radicular. Este procedimiento consiste en eliminar el sarro y las bacterias de las raíces de los dientes, además de alisar las superficies radiculares para facilitar la readherencia de las encías a los dientes. Este tratamiento es crucial para controlar la progresión de la enfermedad periodontal y prevenir la pérdida de dientes.