Una ganadera de 63 años con cardiopatía y depresión consigue la incapacidad permanente tras el rechazo de la Seguridad Social

Según la primera resolución de la Dirección Provincial del INSS, las lesiones y enfermedades de la actora no alcanzaban un grado suficiente de disminución

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Dos ganaderos en Bolivia (REUTERS/Claudia
Dos ganaderos en Bolivia (REUTERS/Claudia Morales)

El Tribunal Superior de Justicia de Asturias ha ratificado conceder la incapacidad permanente total para su profesión a una ganadera de 63 años con una cardiopatía coronaria, poliartralgias y diagnosticada de episodio depresivo grave. También confirma la decisión del Juzgado Social nº 2 de Oviedo que declaró su derecho a percibir una pensión equivalente al 75% de una base reguladora de 1.785,56 euros mensuales que pueden incluir mejoras y revalorizaciones legales.

Según la primera resolución de la Dirección Provincial del INSS, las lesiones y enfermedades de la actora no alcanzaban un grado suficiente de disminución para justificar la incapacidad permanente. Posteriormente, una reclamación previa interpuesta por la demandante fue también desestimada el 8 de agosto de 2023.

La trabajadora fue reconocida en mayo de 2023 por el Equipo de Valoración de Incapacidades, que concluyó en su dictamen-propuesta que presentaba un cuadro clínico residual consistente en “cardiopatía coronaria, posible angina microvascular; episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos; y poliartralgias”.

Además, se constató un historial médico previo que incluía una valoración en cardiología desde 2018 debido a angina de esfuerzo, así como diversos procedimientos médicos entre 2022 y 2023, como cateterismos y tratamientos por dolor torácico nocturno. También estaba diagnosticada de diabetes mellitus tipo 2, dislipemia y episodios de angina en estado III/IV.

El segundo procedimiento de la afectada

A nivel jurídico, el caso no era el primero en el que la afectada solicitaba este tipo de prestación. En 2022, otra demanda interpuesta ante el Juzgado de lo Social de Oviedo y posteriormente recurrida ante el TSJ de Asturias había sido desestimada, negándosele el reconocimiento de incapacidad permanente absoluta o total. En aquella ocasión, se concluyó que las patologías de la demandante, aunque limitantes, no impedían completamente el desempeño de su profesión habitual como ganadera.

Sin embargo, en el presente procedimiento, el Juzgado de lo Social nº 2 de Oviedo falló parcialmente a favor de la demandante, reconociéndole una incapacidad permanente total derivada de enfermedad común.

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Frente a esta sentencia, el INSS interpuso un recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, alegando que las limitaciones de la actora no eran lo suficientemente graves para justificar el grado de incapacidad reconocido.

Agravamiento significativo de su cuadro clínico

En su análisis, el Tribunal ha señalado que el cuadro clínico de la demandante había experimentado un agravamiento significativo respecto al momento en que se desestimó su solicitud en 2022. Actualmente, se acreditaba que la actora padecía una dolencia cardiaca más grave, acompañada de una medicación intensiva que incluía ansiolíticos, anticoagulantes y otros tratamientos dirigidos a controlar patologías como la diabetes, el hipotiroidismo y la angina de pecho.

El fallo también ha subrayado que, conforme al marco normativo aplicable, la incapacidad permanente total debe analizarse en función de las limitaciones funcionales de la trabajadora y la naturaleza de su profesión habitual, no solo en relación con el diagnóstico médico.

En este sentido, los magistrados han concluido que las tareas propias de la ganadería, que exigen esfuerzo físico prolongado, manejo de animales y exposición a condiciones adversas, eran incompatibles con las condiciones de salud de la demandante. Además, han destacado que la resolución recurrida aplicó correctamente los preceptos legales, por lo que no se apreciaron errores en la interpretación ni aplicación del derecho.

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