En 2013, Bobbi Waterman, una científica estadounidense que entonces vivía en Florida, se embarcó en el crucero Voyager of the Seas de Royal Caribbean buscando desconectar tras la pérdida de la que había sido su mujer durante 14 años debido al cáncer de mama. Eran tiempos difíciles: cada día era una lucha para lidiar con el duelo y también con su identidad de género.
Una mañana, alrededor de las 5:30 de la mañana frente a la costa de Fiji, Bobbi se encontraba sola en la cubierta del crucero mientras el sol emergía sobre las aguas cristalinas de las Islas Fiji. La calma del momento fue interrumpida por Tam Asbury, de Australia, una persona no binaria que también viajaba sola tras una difícil separación. Tam había decidido tomar unas vacaciones sin sus hijas adolescentes para reflexionar y encontrarse a sí misma.
El amanecer les unió. Al principio, Bobbi y Tam intercambiaron unas pocas palabras, pero pronto comenzaron a hablar. Durante tres horas, hablaron sobre la pérdida, el dolor y la búsqueda de nuevos comienzos. “Tam tenía una gran empatía, lloró al escuchar mi historia, y eso me mostró lo grande que es su corazón”, recuerda Bobbi al medio CNN Travel Portugal.
Separadas por 16.000 kilómetros
Por otro lado, tras la ruptura del matrimonio de Tam había decidido construir una pequeña casa en su tierra en Australia, donde planeaba vivir con perros, burros y patos. “Nunca pensé en tener otra relación”, añadió al medio. No obstante, la conversación con Bobbi despertó algo en Tam. El tiempo que pasaron en el crucero fue especial: cenas, paseos y largas charlas en la cubierta cimentaron una amistad que pronto se transformó en algo más.
Al finalizar el viaje, intercambiaron su contacto y regresaron a sus respectivos países, separadas por 16.000 kilómetros. A pesar de la distancia, estuvieron en contacto a través de mensajes y videollamadas regulares. Cuando Bobbi planeó un crucero por Europa en 2014, viajando desde Ámsterdam, en Países Bajos, hasta Budapest, en Hungría, con varias escalas en ciudades europeas. Además, decidió invitar a Tam. Tras consultar con sus hijas, aceptó. El reencuentro en Ámsterdam confirmó que su conexión iba más allá de la amistad.
El punto de inflexión paso en 2015, cuando Bobbi visitó Australia para conocer a la familia de Tam y explorar la posibilidad de un futuro en pareja. Durante un mes, viajaron por Australia y Nueva Zelanda, consolidando su relación. Al año siguiente, en el verano de 2016, Tam fue a Estados Unidos para visitar a Bobbi por un período prolongado de tres meses. Durante este viaje, Tam conoció a la familia de Bobbi en Connecticut y la pareja también fue a Alaska en un crucero con algunos de los familiares más cercanos de Bobbi.
Poco después, Bobbi le propuso matrimonio a Tam en un parque de Florida, entregándole una pequeña piedra grabada con las palabras “cásate conmigo”. Y aceptó. En 2017, se casaron en una playa de Hawái rodeadas de amigos y familiares. Ese mismo año, Tam se mudó a Estados Unidos y adoptó el apellido de Bobbi. Con el tiempo, esta decidió dar un paso más en su camino personal. En 2023, tras retirarse de la NASA, se declaró mujer trans en un emotivo video en YouTube. “Decidí ser mi verdadero yo”, dijo. Tam y su familia la apoyaron incondicionalmente.
Hoy, Bobbi y Tam comparten su historia de amor y superación a través de sus redes sociales y vlogs de viajes. Como dice Bobbi: “Viajar no solo enriquece el alma, también puede llevarte a encontrar a tu alma gemela, incluso en los lugares más inesperados”.