La nueva línea de negocio de una empresa ‘desokupa’: recuperar maquinaria robada en España por la mafia italiana

La firma OPS2 ha conseguido encontrar y traer cinco vehículos industriales que habían sido alquilados en Madrid y sacados ilegalmente del país para revenderlos fuera. Experta en desokupaciones, ahora se está especializando en todo tipo de “mediación de conflictos”

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Una de las máquinas robadas
Una de las máquinas robadas en España y recuperadas por la policía italiana y la empresa de Rogelio. (Cedida)

Rogelio Gómez parece un tipo tranquilo. Conversa pausadamente y asegura que trabaja discretamente, intentando no tener mucha repercusión mediática y “hacer las cosas correctamente”. Nos atiende tras volver de un municipio de la sierra de Madrid, donde ha recuperado varios chalés que habían sido okupados ilegalmente. Sabe que la fama que persigue a su sector no es últimamente la mejor por el trabajo principal que desempeña: la desokupación de viviendas. “No somos todos unos tipos con pintas de neonazis que utilizan las coacciones y las amenazas”. Él se define como un “mediador de conflictos” desde el despacho jurídico que ha creado, llamado OPS2, y ha abierto una nueva línea de negocio que incluso le ha llevado a vérselas con la mafia italiana.

“La verdad es que todo ha salido bien, afortunadamente, y el cliente está contento”, señala. El cliente es una empresa radicada en la localidad madrileña de San Fernando de Henares que se dedica al alquiler de maquinaria industrial: retroexcavadoras, carretillas industriales, plataformas elevadoras... En noviembre se presentó un cliente, de nombre Matteo, que decía ser el representante de otra firma madrileña que necesitaba algunas de sus máquinas. Firmaron todos los papeles, pagó y se llevó cinco vehículos, cuyo valor en el mercado supera los 900.000 euros. El contrato de alquiler prohibía al cliente sacar las máquinas de España.

A la izquierda, Matteo, quien
A la izquierda, Matteo, quien había sustraído las máquinas, y una de las plataformas elevadoras robadas. (Cedida)

La empresa dueña de las máquinas suele ocultar muy bien unos geolocalizadores en todos sus vehículos para saber dónde están en todo momento. La sorpresa llegó a principios de enero, cuando se dio cuenta de que sus cinco máquinas estaban a casi 2.000 kilómetros de distancia, en Frosinone, cerca de Roma. Llamaron a Matteo para pedirle explicaciones, pero nunca les cogió el teléfono y se temieron lo peor. Pusieron entonces una denuncia ante la Guardia Civil por apropiación indebida, pero las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen sus tiempos, sobre todo cuando se trata de actuar en otros países, así que decidieron contratar los servicios de Rogelio, que no solo te desokupa una vivienda, también ha ampliado el negocio y recupera maquinaria pesada. Aunque la tenga la mafia italiana.

“Volé a Roma el 8 de enero. Solo”, señala Rogelio, que se imaginaba lo que se iba a encontrar: algún grupo organizado que había pagado un alquiler previo por las máquinas en España y que las había sacado irregularmente del país para revenderlas en Italia. Rogelio había poseído una empresa de venta de material de seguridad en el pasado y tiene sus contactos. Llamó a uno de ellos en la Policía de Roma, y se plantó allí con la denuncia de la Guardia Civil y con la posición geolocalizada de los vehículos sustraídos. “La verdad es que la operación se montó rápido. De noche. Las máquinas estaban en varios aparcamientos distintos de Frosinone. Una treintena de agentes participaron”.

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Consiguieron incluso detener al tal Matteo, que ni siquiera había falsificado su documentación al alquilar en España. Un viejo conocido de la Policía romana. “Con contactos con la mafia italiana. Dejémoslo ahí”, señala Rogelio. “Habían transportado las máquinas con un barco robado en Francia”.

Rogelio cobrará ahora unos 2.000 euros por máquina recuperada. Todos los vehículos están en un depósito judicial de Roma, a la espera de que un juez autorice su traslado a España. “En pocos días están aquí. El problema es que ningún transportista de la zona quería traer a España la maquinaria robada. Saben quién la había robado y no quieren problemas, así que tendrá que hacerlo una empresa de aquí de España”, matiza Rogelio, que nos cuenta la historia y nos enseña documentación mientras prepara su próximo trabajo: un viaje relámpago a Marbella para intentar recuperar unos pisos que también han sido okupados. “Ahora hay mucho trabajo”.

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