La Dirección General de Tráfico (DGT), cada año, presenta un informe con estadísticas sobre accidentes, número de fallecidos en las carreteras y las causas que motivaron dichos decesos, entre otras variables estudiadas. En el balance de siniestralidad 2023, se detectó un síntoma que sigue siendo un factor que aumenta las probabilidades de perder la vida en un accidente de tráfico: no abrocharse el cinturón de seguridad. Concretamente, de las 1.806 personas que perdieron la vida en siniestros viales en 2023, 147 de ellas no tenían abrochado el cinturón de seguridad, lo que representa el 8,14% del total.
Aunque la norma que obliga el uso del cinturón de seguridad entró en vigencia en 1975 para los asientos delanteros y en 1992 para los asientos traseros, las cifras demuestran que hay conductores que no están concienciados ante un peligro real, que puede suponer un desenlace fatal. De hecho, según un estudio al que hizo referencia la DGT, la probabilidad de fallecer en una colisión se reduce en un 50% gracias al uso del cinturón y, en caso de lesiones graves y leves, la probabilidad de sufrirlas se reduce en un 45% y 25%, respectivamente.
La peligrosidad del efecto submarino
En relación con el incorrecto empleo del cinturón de seguridad, surge un fenómeno conocido como efecto submarino o submarining. Pese a que, en este caso, el conductor o pasajeros tienen el cinturón abrochado, lo cierto es que este dispositivo puede no tener ningún efecto positivo para el viajero, es decir, como si no lo llevase puesto.
Esta situación sucede cuando dicha medida de seguridad no se ajusta correctamente sobre la cadera y la pelvis, ya sea porque el asiento se haya reclinado demasiado hacia atrás o porque el ocupante utilice algún accesorio que provoque holgura en el cinturón. Al no sujetar debidamente el cuerpo del pasajero, en una colisión, el ocupante del vehículo se deslizará hacia abajo, pudiendo ser dañado al golpearse con el volante, el salpicadero o el airbag.
Cómo evitar que se produzca el efecto submarino
El consejo primordial radica en mantener una postura correcta, erguida, mientras se está sentado, al mismo tiempo que el cinturón de seguridad permanece pegado al cuerpo del ocupante. No es necesario que el dispositivo de seguridad moleste ni cause dolor al pasajero, pero es conveniente que haya cierta tensión para que, en caso de accidente vial, este haga su función de manera adecuada.
Otra indicación subrayada por la DGT es la no colocación de elementos como toallas en el asiento, especialmente después darse un chapuzón en la playa para que no se moje el interior del vehículo. Desde el organismo vial, desaconsejan hacer esto porque es uno de los supuestos que favorecen la aparición del efecto submarino.
Además, cabe resaltar que los automóviles modernos cuentan con sistemas avanzados que trabajan de manera conjunta para garantizar la seguridad en caso de un impacto. Entre estos dispositivos, sobresalen los pretensores de cinturones, diseñados para tensar automáticamente el cinturón de seguridad en el momento en que ocurre una colisión. Este mecanismo, que opera junto con los airbags, busca incrementar de manera significativa la protección de los ocupantes del vehículo.