Los productos de limpieza que nunca debes mezclar: las consecuencias pueden ser muy graves

Es fundamental conocer los riesgos asociados a estos productos y utilizarlos de manera responsable

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Productos de limpieza (Adobe Stock)
Productos de limpieza (Adobe Stock)

La higiene en el hogar es esencial para mantener un entorno saludable y prevenir enfermedades, pero su práctica requiere precaución. El uso de productos de limpieza es indispensable para eliminar la suciedad y los gérmenes, pero combinarlos de forma inadecuada puede generar reacciones químicas peligrosas.

Por tanto, es fundamental conocer los riesgos asociados a estos productos y utilizarlos de manera responsable para garantizar la seguridad de quienes los usan.

Productos de limpieza (Adobe Stock)
Productos de limpieza (Adobe Stock)

Estos son los productos de limpieza que nunca debes mezclar

Mezclar determinados productos de limpieza puede provocar reacciones químicas peligrosas, que liberan gases tóxicos o generan quemaduras graves. La mezcla de lejía y amoníaco produce cloramina, un gas tóxico que causa irritación severa en los ojos, nariz y garganta, además de posibles problemas respiratorios graves. Es una de las combinaciones más peligrosas y frecuentes.

Tanto la lejía como el vinagre son productos utilizados habitualmente para la limpieza del hogar. Sin embargo, al mezclaros se genera gas de cloro, una sustancia altamente irritante para las vías respiratorias que puede provocar quemaduras en la piel y los ojos. Mientras tanto, de la lejía y el alcohol surge el cloroformo, una sustancia tóxica que puede causar mareos, pérdida de conciencia e incluso daños al sistema nervioso si se inhala en concentraciones elevadas.

Por otro lado, aunque el vinagre y el bicarbonato de sodio pueden parecer inofensivos, su mezcla libera dióxido de carbono, lo que puede ocasionar salpicaduras o acumulación de presión en recipientes cerrados, con riesgo de explosión. Finalmente, si el bicarbonato se mezcla con productos ácidos, como desincrustantes o limpiadores con ácido cítrico, se generan gases tóxicos que irritan gravemente las vías respiratorias.

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Cómo actuar ante una intoxicación con productos de limpieza

El Ministerio de Justicia detalla medidas específicas ante intoxicaciones con productos de limpieza, destacando que la prioridad es tratar al paciente y no al tóxico. A continuación, se resumen las principales recomendaciones según el caso:

  • Ante la ingestión de productos con tensioactivos o agentes espumógenos: En cantidades pequeñas, se debe ingerir una cucharadita de aceite y medio vaso de agua o leche en pequeños sorbos. En cantidades altas hay que acudir a urgencias. Nunca se debe inducir el vómito ni realizar lavado gástrico.
  • Ante la ingestión de lejía: En pequeñas cantidades se debe evitar el vómito y beber agua o leche con una clara de huevo batida. Tampoco se debe realizar lavado gástrico.
  • En la ingestión de cáusticos: se deben retirar los restos del producto en la boca con una gasa, sin deglutir. En los primeros minutos, puede ser útil ingerir agua o leche sin forzar. No inducir el vómito ni neutralizar con sustancias como bicarbonato o zumo de limón, ya que agravan el daño.
  • Si el tóxico tiene contacto con la piel, se debe retirar la ropa y lavar inmediatamente con agua durante 20-30 minutos. En casos graves, acudir a un especialista.
  • Si hay contacto con los ojos: hay que retirar lentillas, lavar con agua o suero fisiológico durante 10-20 minutos y cubrir con un apósito estéril antes de acudir a urgencias.
  • Por último, en la inhalación de vapores tóxicos: hay que retirar a la persona a un lugar ventilado, hidratarla y acudir a urgencias para que la evalúe un profesional.
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