Una empresa despide a una empleada por llegar tarde muchas veces y la Justicia declara nulo el despido: “Es culpa de los trenes regionales”

La joven trabajadora de una heladería de Florencia fue cesada de su puesto por reincidencia en la tardanza en la entrada a su jornada laboral

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Estación de tren.  (A.
Estación de tren. (A. Pérez Meca/Europa Press)

Muchos son los trabajadores que dependen del transporte público día tras día para poder ir a cubrir su puesto. Esa necesidad muchas veces se encuentra con que las averías, incidencias y retrasos son sus mayores enemigos y miedos. Un simple cambio de horarios puede marcar la diferencia en los pasajeros, que ven alteradas sus horas de llegada. Esto mismo es lo que le ha ocurrido a una joven empleada de una heladería de Florencia, despedida por retrasos. Según informa el medio italiano Corriere Fiorentino, la mujer fue trasladada del local en la estación de tren a otro situado en el centro de la ciudad.

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Consecuentemente, la empleada para ir a trabajar se ve forzada a recurrir a una línea de tren regional, catalogada como una de las más problemáticas de la zona. En su historial, acumula severos retrasos ocasionales, lo que supuso su despido en el pasado mes de noviembre. Sin embargo, ahora un juez ha determinado ese proceso como ilegítimo al no ser un hecho imputable a ella, sino a las incidencias horarias del transporte público. Así, la justicia reclama su reingreso inmediato y el pago de los meses que ha estado despedida.

Los jueces determinan que es un despido ilegítimo

El Tribunal de Apelación de Florencia reiteró la sentencia de primera instancia que databa de 2023. En ella, se ordenaba el reingreso de la joven al trabajo, además del pago de los meses que ella había permanecido desempleada. La razón se debe a que los magistrados consideraron que el despido no ha sido procedente, al ella no ser la culpable de los hechos. De esa forma, los jueces concluyeron, de forma indirecta, que “es culpa de los trenes regionales”. Por tanto, esos retrasos constantes que sufría la línea que la empleada debía coger día tras día, fueron señalados como la principal causa de las incidencias del horario laboral.

Estación de tren.  (AP
Estación de tren. (AP Foto/Gustavo Garello)

Incluso, para mayores agravios, transcendió que el cese había sido en forma de represalia por una solicitud de la empleada. La joven había pedido la baja temporal para poder completar sus estudios universitarios. Sin embargo, tras esa petición, la empresa fue cuando tomó la decisión de trasladarla de su local habitual a otro en el gran centro urbano. Una vez formalizado el cambio, los retrasos de la empleada no cesaron: tenía que caminar desde la estación de tren hasta la tienda.

Un traslado sin justificación práctica

Las investigaciones de los órganos competentes decidieron someter a estudio el traslado de su puesto usual de trabajo. Tras ese esfuerzo, se percataron de la incoherencia que había supuesto ese cambio: no tenía justificación práctica. Su anterior puesto fue suplido al inmediatamente por otro trabajador, lo que destapó ese carácter de represalia.

Bajo todo ello, los jueces fallaron en favor de la empleada al argumentar que los retrasos no se pueden atribuir a la misma, sino a los trenes regionales y sus problemas constantes. Además, dejaron ver que no se puede esperar que un empleado a tiempo parcial que se desplaza al trabajo pueda sí o sí tener un vehículo propio para poder llegar a su puesto.

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