Hace unas semanas, Macarena Gómez acaparaba todos los titulares junto a su esposo, Aldo Comas, por sus controvertidas opiniones sobre los testimonios de actrices que denuncian haber sido víctimas de acoso o abuso en la industria cinematográfica. Durante una entrevista, Comas afirmó: “Que se denuncie. Que vayan a la Policía y no a Instagram, que vayan a los juzgados y no a la tele. Que vayan a donde se tiene que ir para denunciar algo tan asqueroso como un abuso o una violación”.
Macarena Gómez, conocida por su papel en La que se avecina, respaldó las palabras de su pareja y añadió a: “Lo que no se puede hacer es ir difamando a gente, ante las cuales no existe ningún tipo de acusación. Estoy muy en contra de lo que está sucediendo. Se hace daño a las carreras profesionales de muchos hombres, porque se dicen cosas sin pruebas ni acusaciones de por medio”.
Estas declaraciones, recogidas por Europa Press, desencadenaron una ola de críticas en redes sociales. Gómez, sin embargo, ha mantenido firme su postura, afirmando: “Cuando digo algo no pienso en la repercusión que va a tener, pero me estoy enterando de miles de amigos míos que han sido señalados”.
Un debate encendido en las redes sociales
La reacción en redes no se hizo esperar. Muchos usuarios señalaron lo que consideraron como una falta de empatía y desconocimiento sobre la gravedad de la violencia de género. Entre los comentarios más críticos contra la intérprete se encontraban algunos como: “A la gente como Macarena Gómez la verás ladrar sobre las denuncias falsas, que todos sabemos que son una minoría ridícula, pero jamás les oirás hablar cuando matan o violan a una mujer. Esas no le preocupan, probablemente porque piensa que algo habrán hecho”.
Otros destacaron la necesidad de una mayor reflexión antes de emitir opiniones en público sin tener en cuenta las consecuencias de sus palabras: “Un poco de reflexión antes de hablar no le vendría mal a Macarena Gómez“. A lo que otro usuario aportaba: ”Además de una brutal ignorancia ante la violencia machista“.
Un momento profesional brillante para Macarena Gómez
A pesar de la controversia, Macarena Gómez disfruta de uno de los mejores momentos de su carrera. Con el reciente estreno de la temporada 15 de La que se avecina en Prime Video, su papel como Lola Trujillo sigue siendo uno de los más icónicos de la serie.
Además, la cordobesa tiene un extenso recorrido profesional que va más allá de la comedia televisiva. Participó en películas como Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia, y el thriller psicológico Musarañas, por la que fue nominada al Premio Goya a la Mejor Interpretación Femenina Protagonista. Además, la actriz también ha dado el salto a las plataformas, gracias a series como 30 Monedas y Sagrada Familia.
Formada en arte dramático en Londres, Gómez ha demostrado su versatilidad en el cine, la televisión y el teatro. Su capacidad para interpretar personajes complejos y su carisma la han convertido en una de las figuras más reconocidas del panorama audiovisual español.
Una relación basada en la admiración mutua
En el plano personal, la intérprete también atraviesa un momento feliz junto a su esposo, Aldo Comas, con quien comparte un hijo, Dante, de nueve años. La pasada semana, concedía una entrevista a la revista Lecturas, en la que destacaba que la complicidad es uno de los pilares de su relación: “Es fundamental que haya admiración en la pareja. Él me admira porque le gusto como actriz y a mí me parece que él tiene una capacidad creativa portentosa y fuera de lo común. Me gustaría que la gente lo supiera y tuviera más oportunidades de demostrar hasta dónde puede llegar. Considero que mi marido es un genio”.
Ambos se conocieron en Buenos Aires, donde el artista le hizo el mejor de los piropos: “Me vio y me dijo que me parecía a Miércoles Addams porque tengo los ojos saltones. Y me encantó porque yo siempre he sido muy fan de Christina Ricci -la actriz que interpreta al personaje-. Fue como si me hubiera dicho que me parecía a Michelle Pfeiffer".
Juntos, viven entre Madrid y la Costa Brava. “Entre semana vivo en Madrid y, los fines de semana, vivo con mi familia en el campo”, confesaba la intérprete a Lecturas. Tras la pandemia, la pareja decidió reformar su casa-granja en el Alto Ampurdán, la cual es un molino del siglo XVII, para que los hombres de la casa residieran en el campo mientras ella iba y venía a la capital. Allí, disfrutan de una vida más relajada acompañados de gallinas, pavos reales, un cerdo y un caballo, entre muchos otros.