La Policía detiene su coche, descubren que lleva cocaína y se escapa andando por la carretera en sentido contrario

En el momento en que los agentes encontraron las sustancias ilícitas, el joven abandonó el vehículo y huyó a pie en dirección contraria por la autopista

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Un policía para a los
Un policía para a los coches para someter a pruebas de control de consumo de drogas y alcohol a los conductores. (Ricardo Rubio - Europa Press)

Un tribunal de Narbona ha condenado a un hombre de 22 años, residente en Perpiñán, a 15 meses de prisión, con suspensión de la pena durante dos años, tras ser declarado culpable de transportar drogas y huir de las autoridades en una maniobra que puso en riesgo su vida y la de otros conductores. El incidente ocurrió el pasado 23 de noviembre, cuando el joven fue detenido en la autopista A9 con 60 gramos de cocaína y 791 gramos de cannabis en su vehículo.

Los hechos comenzaron cuando, a las 23.20 horas, agentes de policía de Narbona detuvieron el coche que circulaba en dirección sur-norte. Durante el control, el conductor no pudo presentar ni su permiso de conducir ni el permiso de circulación del automóvil, que, según ha informado L’Indepéndant, no era de su propiedad. Esto llevó a los agentes a realizar una inspección exhaustiva del coche con la ayuda de un perro especializado, que detectó el alijo de drogas.

Una huida temeraria en la autopista

En el momento en que los agentes encontraron las sustancias ilícitas, el joven tomó una decisión desesperada: abandonó el vehículo y huyó a pie en dirección contraria por la autopista. El hombre esquivó varios coches en movimiento, poniendo en peligro su vida y la de los conductores que transitaban por la vía. Finalmente, fue detenido por las autoridades en el arcén.

Durante su interrogatorio bajo custodia policial, el acusado admitió haber transportado las drogas, aunque negó haberlas consumido. Sin embargo, los análisis toxicológicos realizados confirmaron la presencia de cocaína y cannabis en su organismo. En su defensa, el joven declaró ante el tribunal que nunca había consumido drogas y surgió que los resultados de los análisis podrían ser erróneos.

Un trasfondo de deudas y precariedad

El acusado explicó que las drogas encontradas en su poder estaban relacionadas con una deuda de 300 euros que debía a un tercero. Según su testimonio, un conocido le ofreció transportar las sustancias como forma de saldar la deuda, y el vehículo utilizado le fue prestado por otra persona. Durante el juicio, el fiscal cuestionó si esta deuda estaba vinculada a una multa previa de 300 euros que el joven había recibido en Perpiñán por venta fraudulenta de tabaco, pero el acusado negó cualquier relación entre ambos casos.

El joven también reveló que llevaba tres años sin empleo y que había contraído deudas para cubrir sus necesidades básicas. Este contexto de precariedad económica fue utilizado por su abogado defensor para argumentar que su cliente actuó bajo presión y miedo.

La postura de la fiscalía y la sentencia final

El fiscal del caso reconoció que el acusado había admitido los hechos, aunque señaló que este negó haber consumido drogas, a pesar de los resultados positivos de los análisis. El fiscal sugirió que los traficantes podrían haber adulterado el cannabis con cocaína para generar mayor dependencia en los consumidores.

Por ello, solicitó una pena de 15 meses de prisión, de los cuales ocho serían en suspenso bajo libertad condicional, y el resto podría cumplirse bajo vigilancia electrónica en el domicilio de los padres del acusado. Además, pidió la suspensión del permiso de conducir durante seis meses y la obligación de someterse a tratamiento y buscar empleo.

El abogado defensor apeló a la clemencia del tribunal, argumentando que el joven actuó de manera irracional al huir por la autopista debido al temor que siente hacia la ley. Antes de que el tribunal deliberara, el acusado expresó: “Es la última vez que me veis”.

Finalmente, el tribunal dictó una sentencia en la que se incluyeron los 15 meses de prisión con suspensión de la pena durante dos años, la suspensión del permiso de conducir por seis meses y la obligación de someterse a tratamiento y buscar empleo. Además, el joven deberá pagar los costes procesales, que ascienden a 337 euros.

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