¿Batirá 2025 un nuevo récord de calor? “Necesitamos planes ambiciosos, más energías renovables y restaurar ecosistemas”

WWF reclama una mayor acción climática y el compromiso de todos los gobiernos para evitar los graves impactos del aumento de las temperaturas

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Una familia se refresca en
Una familia se refresca en una fuente en Sevilla para soportar las altas temperaturas del verano de 2024. (Rocío Ruz / Europa Press)

En esta última década donde han abundado los fenómenos climáticos extremos con graves consecuencias en todo el mundo, 2024 se ha convertido en el año más cálido registrado hasta el momento, tal y como ha reflejado el informe recientemente publicado por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea, en el que se indica que por primera vez el promedio anual global superó los 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales. Se trata, sin duda, de una mala noticia, aunque esto no significa que se haya superado el límite simbólico fijado para el Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático, que se calcula como un promedio de las anomalías de temperatura a lo largo de al menos dos décadas, por lo que técnicamente aún no se ha alcanzado de forma permanente.

“Que 2024 sea el año más cálido es una señal de alarma y, si queremos limitar la temperatura a un 1,5 grados para finales de siglo, tenemos que tomar medidas contundentes. Porque si bien es cierto que no vamos en la dirección adecuada y que el margen es pequeño, todavía hay esperanza”, dice Sergio Bonati, técnico de clima y energía de WWF España, a Infobae. En ese sentido, el experto explica que la envergadura de las acciones que se requieren “es mucho mayor de la que se está tomando actualmente” y si se llegara a superar ese límite de 1,5 grados, advierte, el aumento de las temperaturas podría suponer “una mayor virulencia para la que no estamos preparados”, aumentando los temporales y la intensidad tanto de las sequías como de las danas.

Por ello, desde WWF piden para este 2025 una mayor acción climática por parte de todos los gobiernos para que aumentar la generación de energías renovables y la restauración de los ecosistemas. “Sólo un cambio sistémico en toda la economía evitará que las temperaturas se descontrolen. Los países deben responder a esta crisis presentando nuevos y ambiciosos planes climáticos nacionales con objetivos de reducción de emisiones que batan récords de ambición”, aseguran.

Un cambio radical de modelo económico

La organización en defensa de la naturaleza y el medio ambiente considera prioritario frenar el incremento de las temperaturas “deteniendo la emisión de gases de efecto invernadero, que son los principales causantes del cambio climático actual” y que se producen, principalmente, por el uso de combustibles fósiles en el sector energético. De hecho, según el informe de Copernicus, las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono y metano alcanzaron niveles récord en 2024, con 422 ppm y 1897 ppb, respectivamente.

”Necesitamos abandonar y sustituir esos combustibles tradicionales por otras fuentes de energía que no generen esas emisiones de gases de efecto invernadero”, indica Bonati, que también recuerda que otra de las causas del aumento de las temperaturas a nivel global “es la degradación del planeta y su menor capacidad para absorber emisiones y mitigar los efectos del cambio climático”. Asimismo, WWF destaca la importancia de “conservar y restaurar los ecosistemas, la naturaleza, para poder hacer frente a ese elevado número de emisiones”.

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Una planta brota entre el suelo agrietado del embalse de La Viñuela durante una grave sequía en La Viñuela, cerca de Málaga, en 2022. (REUTERS/Jon Nazca)

Crear medidas para la adaptación al cambio climático es otro de los puntos fundamentales, añade el experto, desde “soluciones basadas en la naturaleza hasta nuevos programas de urbanismo o el rediseño de protocolos de emergencia en casos de sucesos meteorológicos extremos”.

“Al final estamos hablando de cambiar un modelo de sociedad y un modelo económico que llevamos construyendo prácticamente desde hace 300 años. Si queremos conseguir ese escenario más ambicioso, necesitamos un gran cambio, porque esto no va de un gobierno comprometido, sino que necesitamos la alianza y cooperación de todos los gobiernos del mundo, de todos los sectores y ciudadanos”, concluye Bonati. “El multilateralismo sigue siendo la mejor y única solución para comprometer a todos los países en esta misión vital”.

El informe de Copernicus recuerda que los efectos del calentamiento global ya son evidentes en la frecuencia e intensidad de fenómenos extremos como las olas de calor, los huracanes y las sequías, que no solo afectan a los ecosistemas, sino también a comunidades vulnerables en todo el mundo. Muestra de ello en España fue la dana que el pasado 29 de octubre arrasó buena parte de la provincia de Valencia, dejando 232 fallecidos y pérdidas a miles de personas en sus casas y negocios, además de otras localidades en Castilla-La Mancha y Andalucía también resultaron afectadas por las inundaciones.

Sánchez defiende que ayudas de la dana "llegan" y cifra en 690 millones transferidos.

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