El pasado 11 de enero, la princesa Leonor se embarcó en el emblemático Juan Sebastián Elcano, barco en el que pasará cinco meses y navegará por los océanos Atlántico y Pacífico y recorrerán ocho países y varias ciudades españolas.
El buque escuela tiene ya una historia de casi cien años en el que ya han pasado 96 promociones de futuros marineros de la Armada Española y que ha dado origen a gran cantidad de anécdotas y sucesos.
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Uno de los últimos ocurrió en 2014, cuando la Guardia Civil encontró 130 kilos de cocaína escondidos tras un viaje a Estados Unidos. Un descubrimiento que llevó a la condena de siete de los tripulantes, pero cuya sentencia no fue capaz de descubrir quién fue la persona que introdujo la droga, según una información de ElDiario.es.
Cocaína en Nueva York
Lo que quedó probado con el fallo emitido el año pasado por el Tribunal Supremo, es que Elcano realizó una escala en Cartagena de Indias, Colombia, donde se introdujeron más de 120 kilos de cocaína y se escondieron en zonas de difícil acceso, como el pañol de las velas.
La travesía continuó con normalidad, llegando al puerto de Nueva York. Allí, los propios marineros que luego serían condenados fueron los encargados de vender parte de la cocaína por diferentes puntos, como el Bronx, Hell’s Kitchen y Times Square, acciones que fueron grabadas por diferentes cámaras.
Ni en ese puerto, ni en su siguiente parada en Bueu, Galicia, consiguieron las fuerzas de seguridad encontrar la droga. No fue hasta la llegada del buque a Cádiz, donde la Guardia Civil consiguió encontrar el alijo.
El descubrimiento dio comienzo a una investigación en la que más de una decena de tripulantes fueron interrogados, algunos de ellos explicando que el consumo y tráfico de drogas era algo habitual en el buque, ya que viajaban con casi ningún control de seguridad en los puertos.
Los agentes españoles consiguieron recopilar grabaciones de los acusados consumiendo droga a bordo de lo barco, escondiendo paquetes no identificados e, incluso, utilizando una placa conmemorativa como bandeja para consumir la cocaína.
Mientras tanto, se llevaba a cabo una investigación internacional por parte de Estados Unidos y Colombia para descubrir el alcance de la red. Las autoridades estadounidenses identificaron que, además de los 127 kilos de cocaína, se introdujeron 10 kilos de heroína con una pureza superior al 70%, valorados en más de tres millones de euros.
Además, el Departamento de Justicia de Estados Unidos envío un requerimiento a España, señalando que la operación con el Juan Sebastián Elcano formaba parte de una red mucho más amplia de tráfico de drogas utilizando embarcaciones militares y comerciales.
Sentencia del Tribunal Supremo
Volviendo al ámbito nacional, en 2020 la magistrada instructora concluyó que, aunque había una “clara probabilidad” de que más personas participaran en la operación, no existían pruebas suficientes para procesar a otros implicados. Por ello, decidió centrarse únicamente en las actividades comprobadas de los siete acusados.
No fue hasta cuatro años más tarde, que el Tribunal Supremo dictó la sentencia en la que cinco de los tripulantes, cuatro marineros y un cocinero, fueron condenados a penas de entre uno y dos años de cárcel por reconocer los hechos y dos cabos, que negaron los cargos, recibieron las sentencias de tres años de prisión.
“Mondongo”
El caso estaba resuelto, pero quedaba una incógnita: ¿Quién había sido el encargado de introducir la droga en el buque? Esta pregunta no se ha conseguido responder ni siquiera tras la emisión del fallo.
Lo único que se sabe, es que los marineros tenían un contacto en Colombia, un taxista apodado “Mondongo” o “Mondonguito”, que fue el que les ofreció drogas y prostitución, según pudieron confirmar los testigos.
Sin embargo, este individuo no ha sido identificado y sobre el momento de cuando se introdujo la droga, tampoco existe una respuesta clara. Todo apunta a que fue una camioneta tipo “pick-up” de color claro, que fue vista descargando cajas de café en el buque en un horario inusual para la recepción de suministros.