Muchos de los problemas bucales que padecemos hoy en día empiezan por una mala higiene bucal. Los expertos recuerdan que es importante cepillarse los dientes después de cada comida para evitar las caries, sin embargo, no es la única recomendación para llevar a cabo una correcta higiene bucodental. Jordi Cambra y Víctor Cambra, dentistas especializados de la cínica Cambra Clinic de Barcelona, recuerdan en un artículo publicado en su página web, que hay más aspectos que debemos cuidar.
Los dos expertos explican que es vital cambiar con la regularidad adecuada los cepillos de dientes. “El motivo principal es que el cepillo tiene un determinado tiempo de vida y uso. Debemos pensar que con el tiempo, las cerdas y el mando acumulan una gran cantidad de bacterias, además que su desgaste modifica la forma de las cerdas, que con el tiempo, no serán tan efectivas a la hora de eliminar la placa bacteriana”, explican.
Cuándo se debe renovar el cepillo de dientes
“Sin la eliminación de la placa bacteriana, nuestra boca está en peligro de sufrir alguna enfermedad periodontal”, advierten, y aseguran que cepillo nuevo es hasta un 85% más eficiente. Para evitar los problemas derivados del desgaste, debemos realizar el cambio de cepillo por uno nuevo unas 3 o 4 veces al año, concretamente debe renovarse cada 2 meses.
También es importante cambiar el cepillo de dientes después de sufrir un resfriado, gripe, infecciones bucales o dolor de garganta. “Los gérmenes de estas patologías pueden almacenarse en las cerdas del cepillo y provocar de nuevo una infección”, señalan.
Cómo cuidar del cepillo de dientes
Más allá del reemplazo del cepillo, el uso, la limpieza y el almacenaje adecuados son claves para prevenir la proliferación de microorganismos que dañen los dientes y la boca. En este sentido, Dentaid, una compañía especializada en productos de higiene dental, da una serie de recomendaciones:
- Los cepillos de dientes nunca se deben compartir con otras personas.
- Es importante que lavarse las manos antes y después del lavado, ya que estas puedan ser una fuente de contaminación cruzada.
- Al finalizar el cepillado, hay que enjuagar bien el cepillo con agua. También aconsejan desinfectar el cabezal con un colutorio antiséptico durante un minuto, especialmente en periodos de riesgo de infecciones respiratorias. Este líquido debe desecharse después de cada uso y no se debe usar para desinfectar varios cepillos al mismo tiempo.
- Hay que agitar o dar toques el cepillo para eliminar el exceso de agua y guardarlo con el cabezal hacia arriba y al aire, para que pueda secarse correctamente.
- A la hora de guardar el cepillo de dientes, el capuchón previene la contaminación con gérmenes del ambiente y de otros cepillos. Es importante que el capuchón contenga orificios que permitan la ventilación, ya que favorecen el secado y evitan el ambiente húmedo que favorece el crecimiento de bacterias.
- Es preferible que el cepillo de dientes se guarde lo más alejado posible del váter y que no comparta recipiente con el de otras personas. De ser así, no hay que dejar que se toquen.