Hannah White jamás imaginó convertirse en protagonista de una historia de película, con un tinte de esperanza en un día que recordará como desgraciado. En un desesperado intento por despedirse de su madre, Kathleen Nelson, antes de su posible fallecimiento, White reservó un vuelo que marcó el inicio de una travesía contrarreloj.
Ocurrió en octubre de 2024. Nelson se encontraba en estado crítico tras ser diagnosticada tardíamente de neumonía, situación que evolucionó a un shock séptico. La gravedad de la paciente obligó a los médicos a notificar a la familia que el tiempo de vida de su ser querido era limitado, sin poder ofrecer una estimación precisa de cuándo tendría lugar el desenlace.
“Era un momento de mucha incertidumbre, con una mezcla de miedo y desesperación”, confiesa White. Ante aquella devastadora noticia, se propuso sacar billete con destino al aeropuerto de Bismarck, en Dakota del Norte. Pero las opciones para volar a esa pequeña ciudad eran limitadas, y tuvo que retrasar 24 horas su partida.
Comienza la cadena de favores
“Empecé a entrar en pánico. No sabíamos si mi madre iba a lograr resistir”, relata ahora White. El vuelo, procedente de Dallas (Texas), debía hacer escala en Mineápolis (Minnesota), pero debido a “problemas mecánicos” permaneció en el aeropuerto internacional de Dallas Fort Worth durante más de una hora, lo que significaba que podría perder su vuelo de conexión.
Pero aún en el viaje más indeseado de su vida, White pudo sonreír. Los héroes de esta historia son empleados de Delta Air Lines. La afectada había contado la situación a una azafata. A partir de ahí, todos se movilizaron para ayudarla. El piloto del primer vuelo llamó al del vuelo de conexión de White, quien accedió a retener el avión hasta que ella pudiera llegar.
El personal también le ofreció un mejor asiento para que pudiera abandonar el avión más rápidamente en destino, e incluso se hizo un anuncio por megafonía para facilitarle ser la primera en bajar. El vuelo desde Mineápolis se retrasó 30 minutos, y White pudo subir al avión y llegar a tiempo.
Los trabajadores, conscientes de la urgencia de esta pasajera, habían tomado medidas extraordinarias para priorizarla, y la protagonista se deshace en halagos: “No puedo expresar cuánta paz me dio saber que estas personas hicieron todo lo posible para ayudarme”.
“Pude decirle ‘te quiero’”
Lo que empezó como un acto de humanidad pronto trascendió las fronteras de lo privado gracias a las redes sociales. En diciembre, White compartió su historia en TikTok, donde el video acumuló más de 10 millones de visualizaciones y más de 27.000 comentarios. La respuesta del público fue abrumadora, con miles de personas compartiendo experiencias similares o expresando su empatía hacia la situación de White.
“Leer los comentarios de tantas personas que también han enfrentado situaciones como esta me hizo sentir menos sola”, dice White, quien resalta a Delta en un tiempo en el que las aerolíneas con frecuentemente criticadas por falta de atención personalizada o empatía cuando surge un problema.
White espera que su experiencia inspire a otros a valorar los momentos con sus más cercanos: “La vida es tan frágil, y nunca sabes cuándo podrá ser la última vez que veas a alguien. Espero que esta historia sirva como un recordatorio para siempre buscar el tiempo para estar con aquellos que amas”.
White llegó a tiempo: “Pude decirle ‘te quiero’ por última vez y proporcionarle, en sus últimos momentos, el consuelo que ella me proporcionó toda mi vida”.