Un psicólogo tacha de “indiscriminados” los deberes que se les mandan a los niños y considera que en España “tenemos un problema”: “Aumentan el estrés y la ansiedad”

Hace años que la sociedad española empezó a plantearse una pregunta que iba desde los centros educativos hasta el Congreso de los Diputados y que hasta entonces había sido una realidad incuestionable: ¿deberes sí o no? La respuesta no era blanco ni negro, porque la pregunta adecuada era otra: ¿cuántos? La clave está en que los niños, niñas y adolescentes tengan tareas académicas que dependan de ellos y sean su responsabilidad, pero sin que se lleguen a convertir en una carga inasumible.

Alberto Soler, un psicólogo sanitario que dirige su propia clínica, que cuenta con más de 18 años de experiencia en psicoterapia y que está especializado en la crianza, ha compartido a través de sus redes sociales una reflexión al respecto. El experto, autor de los libros como Hijos y padres felices o Niños sin etiquetas, explica que “son muchos los motivos por los que los deberes escolares no son una buena idea”, aunque advierte que tiene matices. “Cuando hablo de deberes no hablo de una tarea puntual a un alumno concreto, sino esos deberes sistemáticos e indiscriminados que se mandan a toda la clase, dirigidos a compensar lo que no se ha podido avanzar en el aula”, dice.

El psicólogo asegura en un video que en España tenemos un problema con los deberes escolares. “Hace años la Organización Mundial de la Salud ya alertaba de ello y recientemente la OCDE indicaba que España es el 5.º país que más horas de deberes hacen los niños”, señala y expone varias razones. La primera de ellas es que los deberes generan desigualdad. “Los alumnos de las familias con más recursos, ya sean económicos o de tiempo, avanzarán más y mejor que el resto de los alumnos”, indica.

Soler también explica que las tareas generan desigualdad entre los alumnos “que son más y menos capaces”. “De acuerdo con la investigación, los más capaces son los que más se benefician por los deberes. Vamos, que los deberes hacen que los más listos y los más pudientes tengan mayores oportunidades que el resto. Y esto va en contra de la igualdad de oportunidades que tiene que fomentar la escuela”, sentencia.

Otro problema está relacionado con la salud mental. “Cada vez más niñas y niños tienen problemas de ansiedad y de estrés, en parte causado por el exceso de tareas académicas”, dice, y añade que “muchas familias consideran los deberes como una interferencia en su vida privada y es que los deberes acaban restando tiempo de otras actividades familiares que serían mucho más interesantes o quizá más agradables”

La alternativa al sistema actual es la ”racionalidad”. “No mandarlos por sistema ni de manera indiscriminada a todos los alumnos, sino solamente en los casos en los que es necesario. Y nunca como una forma de alargar la jornada escolar. El proceso de aprendizaje tiene que desarrollarse en el aula, en el tiempo lectivo. Y si se mandan deberes que no supongan alargar la jornada escolar”, dice para terminar.