España necesitará casi 30 años para superar el déficit de enfermeras

En España trabajan 345.000 enfermeras, según los cálculos del Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), una ratio de 6,3 profesionales cada 1.000 habitantes que queda lejos de los niveles europeos (unas 9 enfermeras por cada 1.000 habitantes). A España le faltarían, por tanto, unas 100.000 enfermeras, un dato que se desvía en más de 20.000 de lo estimado por el Consejo General de Enfermería (CGE). Para ponerse a la altura de nuestros vecinos, harán falta entre 22 y 29 años, ha concluido el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, este lunes.

Ello sin tener en cuenta las jubilaciones y las tasas de abandono. Según la encuesta “Situación actual y estimación de la necesidad de enfermeras en España, 2024″, al menos 49.791 sanitarias alcanzarán la jubilación en los próximos 10 años. Además, un 39,4% de las que actualmente trabajan han manifestado su intención de dejar la profesión en esta década, la gran mayoría (92,7%) por motivos profesionales.

El número de enfermeras empleadas en España ha aumentado en un alto porcentaje en los últimos años, tanto en la atención primaria (de 29.642 profesionales en 2014 a 33.036 en 2022) como en la atención hospitalaria (de 135.166 profesionales a 171.963), pero los incrementos no son suficientes para cubrir las necesidades a largo plazo. Tampoco las actuales: en los centros de salud hay menos de una enfermera por cada 1.000 habitantes (0,7) y en los hospitales, las ratios aumentan a 3,6 por cada 1.000 ciudadanos. Es algo que notan el 55,2% de las enfermeras, que reportan que no hay suficiente personal en su ámbito de trabajo, una cifra que sube 10 puntos en los centros privados y sociosanitarios.

La encuesta de Sanidad y el ISCIII es el primer gran estudio de situación de la enfermería en España. De las cerca de 55.000 profesionales encuestadas, más de un tercio podrían abandonar su trabajo en los próximos años debido a las condiciones laborales que afrontan. La saturación de los servicios sanitarios es notable a nivel nacional y responde, en gran parte, a la falta de profesionales contratadas.

Las enfermeras reportan una media de 14 pacientes por turno, con un 25% de sanitarias que atendió más de 24 pacientes en su última jornada. En la atención primaria, lo más frecuente fue atender entre 11 y 20 pacientes, mientras que en la hospitalaria, el rango se rebaja a los 1-10 pacientes. Con esta presión asistencial, el 67,7% de las enfermeras encuestadas percibió que en su lugar de trabajo se producen incidentes “una o más veces por semana” y el 64,3% entiende que no hay suficientes enfermeras para garantizar cuidados de calidad a los pacientes.

En este contexto, existe una falta de reconocimiento, tanto a nivel salarial como normativo, del trabajo y formación de las enfermeras. De las enfermeras especializadas, tan solo un 34,5% trabajan como tal, con grandes variaciones según la especialidad. Ello se debe a la gran diferencia de implementación de las diferentes especialidades en las comunidades autónomas: tan solo la Enfermería Obstétrico-Ginecológica (matronas) está definida en todas las regiones, con un incremento salarial por el nombramiento de especialista.

Pese a que, de forma general, las especialistas cobren más que las enfermeras generalistas, existen diferencias salariales importantes entre las enfermeras generalistas de la atención primaria y la atención hospitalaria, con diferencias de más de 500 euros en algunos lugares. “No podemos quejarnos de forma constante de que en el ámbito de la atención primaria cuesta establecer un cuerpo de enfermeras que trabajen a largo plazo y con estabilidad si salarialmente no se ve reconocido y si, además, no hay un reconocimiento de la especialidad a ese respecto”, ha valorado Padilla en la presentación del informe. El secretario de Estado ha señalado además la brecha de género en la enfermería para acceder a puestos de dirección: si bien el 85,5% de las enfermeras son mujeres, son los hombres quienes llegan más a trabajos de gestión, doblando en porcentaje a sus compañeras (4,8% frente a 3,4%).

Las tasas por comunidades autónomas varían de forma notable, quedando Andalucía (5,51 enfermeras por 1.000 habitantes), Baleares (5,93), Comunidad Valenciana (5,46) Galicia (5,13) y Murcia (4,79) por debajo de la media nacional (6,29). En ello influyen los flujos migratorios a nivel nacional: las grandes diferencias salariales y condiciones laborales entre los diferentes sistemas sanitarios del país hacen que miles de enfermeras se trasladen cada año de una comunidad a otra.

Cataluña se ubica así como la principal receptora de sanitarias, con un saldo positivo de 3.880 enfermeras, frente a comunidades como Andalucía o Castilla- La Mancha, con un saldo migratorio de -1.937 y -1.129 profesionales, respectivamente.

Estas desigualdades hacen que algunas autonomías vayan a necesitar hasta 90 años para alcanzar las ratios europeas. Es el caso de La Rioja, para la que se calcula un abanico de 71-93 años. Le siguen Madrid (43-57) y Extremadura (35-50 años). Otras regiones tendrán menos problema en superar el déficit de sanitarias, si se sigue un crecimiento lineal: Canarias necesitaría entre 5 y 8 años para alcanzar los niveles europeos, mientras que en Navarra, con 8,84 enfermeras por cada 1.000 habitantes, se encuentran en una situación de superávit.