En un fallo reciente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, una costurera de 54 años obtuvo el reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente total tras una prolongada disputa con la Seguridad Social. La trabajadora sufre el síndrome del túnel carpiano, una enfermedad que puede incapacitar a una persona para desempeñar su profesión habitual, y que afecta a las manos y los dedos.
El síndrome del túnel carpiano es una condición médica que afecta al nervio mediano, que pasa por un canal estrecho en la muñeca llamado túnel carpiano. Cuando este nervio se comprime, puede causar dolor, entumecimiento, debilidad y otros síntomas debilitantes en la mano y los dedos.
La anatomía del túnel carpiano es un factor determinante. Este espacio reducido, formado por huesos y ligamentos, puede verse comprometido por diversas razones, desde inflamaciones hasta fracturas, lo que incrementa la presión sobre el nervio mediano. Aunque muchas personas pueden desarrollar esta afección, es más común entre aquellas que realizan actividades repetitivas con las manos, como tejer, escribir o manipular herramientas, una descripción que encaja con la profesión de costurera.
Síntomas y diagnóstico
Los síntomas del síndrome del túnel carpiano suelen aparecer de manera gradual y, al principio, pueden ser intermitentes. Sin embargo, con el tiempo, tienden a empeorar si no se tratan. Entre los signos más comunes se encuentran:
- Hormigueo o entumecimiento en los dedos, especialmente el pulgar, índice y medio.
- Dolor que puede extenderse desde la muñeca hasta el brazo.
- Debilidad en la mano, lo que dificulta agarrar objetos.
- Sensación de descarga eléctrica en los dedos afectados.
El diagnóstico suele incluir una combinación de exámenes clínicos y pruebas específicas, como la prueba de Phalen, que consiste en doblar la muñeca hacia adelante para evaluar si esto provoca hormigueo, o el signo de Tinel, donde se golpea suavemente el nervio mediano para detectar sensibilidad o dolor. En casos más avanzados, se recurre a estudios de conducción nerviosa y electromiografías para confirmar la afección.
Tratamientos disponibles
El manejo del síndrome del túnel carpiano depende de la gravedad de los síntomas. En las etapas iniciales, las opciones no quirúrgicas incluyen:
- Uso de férulas para inmovilizar la muñeca y reducir la presión sobre el nervio mediano.
- Medicamentos antiinflamatorios, como ibuprofeno, para aliviar el dolor y la inflamación.
- Inyecciones de corticosteroides para disminuir la hinchazón en casos más severos.
Cuando estas medidas no logran mejorar los síntomas, se recurre a la cirugía de liberación del túnel carpiano. Este procedimiento implica cortar el ligamento que ejerce presión sobre el nervio, lo que generalmente alivia los síntomas. Aunque la cirugía tiene altas tasas de éxito, la recuperación completa puede tomar meses, y en casos avanzados, el daño puede ser irreversible.
Sin embargo, en el caso de la costurera, sus dolencias no se limitaron únicamente al túnel carpiano, sino que también incluían migrañas crónicas y rizartrosis bilateral (artrosis en el pulgar). Estas condiciones, combinadas, limitaron de manera significativa su capacidad para realizar tareas fundamentales de su trabajo, como manipular telas y manejar herramientas de costura.
Por ello, el Tribunal Superior de Justicia reconoció que, aunque el túnel carpiano y las patologías asociadas eran susceptibles de tratamiento, los síntomas persistentes y el dolor neuropático afectaban gravemente su funcionalidad. Esto la llevó a recibir una pensión equivalente al 55% de su base reguladora, fijada en 760,04 euros mensuales.