Una pareja compra un terreno para construir una casa y un hombre de la antigua familia propietaria les dispara y amenaza de muerte

Un hombre de 69 años ha sido detenido por la Policía Judicial del Norte de Portugal por presuntamente cometer los delitos de daño agravado, amenaza agravada, lesiones y acoso sexual. Todo empezó en el año 2018, cuando la pareja y sus dos hijos menores se hicieron con una parcela para construir una nueva vivienda allí. Sin embargo, el sospechoso, “familiar del anterior propietario”, estaba en desacuerdo con la decisión de su allegado e “inició una serie de acciones persecutorias contra la pareja”, según ha informado CNN Portugal.

Una vez finalizado y establecido el proyecto de su nueva vida y nuevo hogar, tras el día de Año Nuevo, la familia vio interrumpida su tranquilidad con ataques y amenazas contra su integridad y su vivienda. El familiar del vendedor del terreno había acudido a importunarles y poner sus vidas en juego con disparos e intimidaciones.

Una patrulla de la Policía Judicial detectó al agresor tras estar por la zona y percatarse de que algo no iba bien. Los agentes se acercaron a la vivienda y se encontraron con el hombre de 69 años, que se aproximaba al hogar. Al interceptarle, los policías le incautaron un arma cargada, con la que ya había disparado previamente ante el temor de la familia.

“En este contexto, el 2 de enero, y posteriormente la noche del 8, el sospechoso, en medio de amenazas de muerte, disparó varios tiros en dirección a la residencia de las víctimas, quienes, presas del pánico, se refugiaron en su interior. Ante la escalada de violencia y la falta de control mostrada por el agresor, se tomaron todas las medidas necesarias para asegurar la recolección de pruebas y la protección de la vida e integridad física de las víctimas”, reza el comunicado que ha publicado la Policía Judicial del Norte de Portugal.

Así, el hombre fue detenido el pasado jueves, donde otros objetos le fueron requisados: “Un aerosol de defensa, dos armas blancas y otra de fuego, entre otros objetos de relevante valor probatorio”, añade el comunicado. Ahora, el sospechoso pasará a disposición judicial para ser juzgado por los hechos, donde los agentes son un elemento clave a la hora de probar el suceso.

Tras ese comunicado y su próximo paso por los tribunales, el hombre será interrogado para recoger su versión, aunque los hechos parecen estar más que probados con el testimonio de los propios agentes de policía.

Así, el sospechoso agresor de 39 años se enfrenta a una condena correctiva que haga frente al cometido de los siguientes delitos: daño agravado, amenaza agravada, lesiones y acoso sexual. Por el momento se desconocen la pena que le puede caer. No obstante, cabe la posibilidad que se le aplique un castigo de varios años, según recoge la legalidad. De esa forma, podría tener que pasar por algún centro penitenciario y, además, podría estar sujeto al pago de alguna indemnización por los daños y perjuicios creados en la familia y en su hogar.