La puberfonía o seguir con voz de niño en la adolescencia: causas y tratamiento de este trastorno

El falsete mutacional es un trastorno de la voz por el que el adolescente mantiene la voz infantil, provocándole ciertos problemas de autoestima

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Un chico tímido en clase
Un chico tímido en clase frente a sus compañeros (AdobeStock)

La pubertad nos cambia la voz a mujeres y hombres, aunque en ellas es más progresivo y esa transición no se percibe tanto. En cambio, en el caso de los chicos, el cambio es mucho más brusco y ocurre entre los 13 o 14 años, completándose en apenas unos meses o un par de años. Algunos adolescentes, por el contrario, se ven en la necesidad de acudir a consultas de foniatría por la inadaptación de su nueva voz, pues mantienen el mismo tono infantil que cuando tenían 8 años.

Desde la Sociedad Médica Española de Foniatría (SOMEF) enmarcan estas situaciones dentro de los casos de puberfonía, un trastorno de la voz en el que se mantiene la voz infantil dentro ya de la adolescencia y con la laringe desarrollada. En muchas ocasiones, los jóvenes que experimentan esta condición sufren problemas de autoestima al sentir que “no han completado” su pubertad como el resto de sus compañeros de clase y amigos.

Las causas de este falsete mutacional pueden ser variadas. En muchos casos, los factores psicológicos, como el estrés, la ansiedad o una falta de aceptación de los cambios asociados con la pubertad, pueden influir en la persistencia de un tono vocal infantil. Además, algunos hombres pueden tener dificultades para coordinar adecuadamente los músculos laríngeos, lo que impide que se produzca el cambio esperado en el tono vocal.

En otros casos, la puberfonía puede estar vinculada a factores anatómicos o neurológicos, como disfunciones en las cuerdas vocales o trastornos neuromusculares que afectan la laringe. Por último, también puede deberse a hábitos adquiridos, donde el uso prolongado del tono alto previo a la pubertad refuerza patrones vocales difíciles de modificar sin intervención.

Diagnóstico y tratamiento de la puberfonía

Para diagnosticar la puberfonía, es necesario acudir a un especialista, como un otorrinolaringólogo o un foniatra. El proceso diagnóstico incluye un historial clínico detallado para identificar posibles causas médicas o psicológicas, así como un examen físico de las cuerdas vocales mediante una laringoscopia. En algunos casos, se pueden requerir pruebas adicionales, como estudios de imagen o análisis acústicos, para evaluar con mayor precisión la función vocal.

El tratamiento de la puberfonía se centra principalmente en la terapia de reeducación vocal, que es la opción más común y efectiva en la que los foniatras trabajan con el paciente para enseñarle técnicas de relajación de los músculos laríngeos y fomentar el uso de un registro vocal más bajo. Además, abordan los aspectos psicológicos que puedan estar contribuyendo al trastorno.

En algunos casos, pueden ser útiles las terapias conductuales para modificar patrones vocales adquiridos o para manejar la ansiedad asociada con el uso de la voz. Si el falsete mutacional tiene una causa anatómica o neurológica, se puede considerar una intervención quirúrgica o el uso de terapias médicas específicas. Asimismo, si existe un desequilibrio hormonal subyacente, los especialistas podrían recomendar un tratamiento hormonal.

La puberfonía tiene un pronóstico favorable, especialmente cuando se aborda temprano mediante terapia vocal. En la mayoría de los casos, los pacientes logran una mejora significativa en la calidad de su voz y en su capacidad de comunicación. No obstante, es fundamental buscar tratamiento lo antes posible para evitar que el problema se convierta en una barrera emocional o social.

9 de cada 10 adolescentes están permanentemente en la red.
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