La DGT instalará un nuevo radar de tramo en Burgos: dónde se ubicará y cuál es la velocidad límite

La incorporación de radares de tramo forma parte de una estrategia más amplia de la DGT para mejorar la seguridad vial en todo el país

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Radar de la DGT (Ricardo
Radar de la DGT (Ricardo Rubio / Europa Press)

La Dirección General de Tráfico (DGT) continúa ampliando sus esfuerzos para mejorar la seguridad vial en las carreteras españolas. Antes de que finalice 2024, prevé haber instalado cerca de 90 radares de tramo adicionales, un tipo de dispositivo que, según el organismo dirigido por Pere Navarro, ha demostrado ser altamente efectivo para reducir accidentes.

Uno de estos nuevos radares será colocado en la provincia de Burgos, más específicamente en la carretera N-120, una vía que conecta Logroño con Vigo y atraviesa Burgos de este a oeste. Esta carretera es conocida por su elevada siniestralidad, lo que ha motivado la decisión de implementar este sistema de control. El punto exacto donde se instalará el radar está ubicado al final de la travesía de Villafranca Montes de Oca, en dirección a Logroño. Este dispositivo cubrirá un tramo de 2,5 kilómetros, donde la velocidad máxima permitida será de 90 km/h.

A diferencia de los radares tradicionales, los sistemas de tramo funcionan mediante un conjunto de cámaras colocadas en puntos estratégicos que registran las matrículas de los vehículos al inicio y al final del recorrido controlado. Posteriormente, se calcula el tiempo que ha tardado cada vehículo en recorrer la distancia y, con ello, su velocidad media. Si esta supera el límite permitido, el conductor recibirá una sanción.

Este tipo de control no solo penaliza a los infractores en un punto concreto, sino que fomenta una conducción más constante y acorde con los límites de velocidad en todo el trayecto. Además, los radares de tramo se adaptan a distintos entornos, ya sea en autopistas, autovías o carreteras convencionales, y pueden abarcar distancias significativas, ofreciendo un monitoreo integral.

La instalación del radar en la N-120 responde a la necesidad de reducir los accidentes en una de las vías más transitadas y peligrosas de la provincia de Burgos. Esta carretera ha sido escenario de numerosos siniestros, y se espera que la introducción del radar contribuya a disminuir la velocidad media de los vehículos, uno de los principales factores de riesgo en la zona.

Una DGT a medio gas porque el 55% de las plazas de sus funcionarios de oficina están vacantes: los trámites de Ibiza los tienen que hacer en Burgos.

Una estrategia en expansión

La incorporación de radares de tramo forma parte de una estrategia más amplia de la DGT para mejorar la seguridad vial en todo el país. Este tipo de dispositivos, que ya están operativos en diversas comunidades autónomas, han demostrado su eficacia al reducir la gravedad de los accidentes en las vías donde se han instalado.

Desde Tráfico señalan que esta tecnología también resulta particularmente útil en zonas con condiciones complejas, como curvas pronunciadas, túneles o tramos con pendiente, donde mantener una velocidad controlada es crucial. Con la instalación en Burgos, la provincia se suma a otras regiones que ya cuentan con esta herramienta preventiva.

La ampliación de los radares de tramo refleja el compromiso de la DGT con la reducción de las muertes y lesiones graves en accidentes de tráfico. Este esfuerzo se enmarca dentro del objetivo estratégico de alcanzar cero víctimas mortales en las carreteras, una meta ambiciosa que requiere la colaboración de conductores, administraciones y tecnología. El nuevo radar en la N-120 es un paso más hacia ese objetivo, consolidando a Burgos como un ejemplo de cómo las medidas tecnológicas pueden contribuir a mejorar la seguridad vial y reducir los riesgos en tramos especialmente conflictivos.

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