En el escenario de una villa italiana bañada por el sol en Fino Mornasco, la familia Casiraghi se preparaba para una celebración especial. Estaban planeando el centenario de Fernanda Biffi, una figura clave en el círculo de Mónaco y abuela de Carlota, Andrea y Pierre Casiraghi. Sin embargo, el destino tenía otros planes. Fernanda Biffi falleció este fin de semana a los 99 años, un acontecimiento que tiñe de tristeza a la familia en la época navideña que tanto disfrutaba la madre de Stéfano Casiraghi.
La noticia de su fallecimiento fue compartida por su hijo Marco Casiraghi en una entrevista con el diario Corriere della Sera, donde manifiesta el profundo impacto de su pérdida en la familia. Recordada como una mujer de intensa vitalidad y coraje inquebrantable, Fernanda vivió una vida marcada por sucesos felices y trágicos, entre ellos la temprana muerte de su hijo Stéfano en un accidente náutico. Este trágico evento, que dejó a la princesa Carolina de Mónaco viuda y a sus tres hijos huérfanos, estrechó aún más los lazos entre Fernanda y Carolina, la nuera a la que consideraba una hija propia.
Fue precisamente el matrimonio entre Carolina y Stéfano lo que llevó a Fernanda y su esposo Giancarlo al Principado de Mónaco. Pese a su entrada en la agitada vida social monegasca, Fernanda siempre mantuvo un perfil bajo, regresando a su Italia natal en sus últimos años. Su estrecha relación con Carolina permaneció intacta a lo largo del tiempo, incluso tras el matrimonio de la princesa con Ernesto de Hannover. Es por esto que el nombre de la hermana del príncipe Alberto figura entre los familiares más cercanos a la difunta en el anuncio de su fallecimiento.
Extensa familia
Con su marcha, Fernanda Biffi deja un legado extenso, incluido un número significativo de bisnietos, entre ellos Giovanni, Cecilia, Sacha, Lorenzo, Giacomo, Raphael, India, Marco, Stefano, Francesco, Max, Balthazar y Giulio. Todos se han reunido para despedirse de su bisabuela, quien les deja innumerables recuerdos y lecciones de vida.
En su entrevista, Marco recuerda cómo Fernanda disfrutaba reuniendo a la familia durante las festividades navideñas, una tradición cargada de significado para ella a lo largo de los años. Aunque su vida fue enriquecida por experiencias en distintas ciudades como Nueva York, Londres y Mónaco, siempre mantuvo a su familia como prioridad, preocupándose por su bienestar y fortaleciendo los lazos que los unían.
Sus últimos días los pasó rodeada de sus seres queridos, hijos y nietos, en su villa de Fino Mornasco, en la región de Lombardía. Tras una breve enfermedad, Fernanda se despidió del mundo de manera pacífica, dejando tras de sí una estela de recuerdos y enseñanzas que perdurarán en el tiempo. “Hacía días que no se encontraba bien y todos nosotros, hijos y nietos, estábamos junto a ella en su casa cuando falleció”, ha declarado Marco.
El funeral se llevó a cabo este domingo por la tarde en la localidad que fue su hogar en sus últimos años. Aunque fue una ceremonia íntima, se anticipa que habrá un homenaje más amplio en los próximos días, permitiendo a todos aquellos que la conocieron y quisieron despedirse de esta mujer que dejó una huella imborrable en sus corazones.